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El jaqueo al diario DeAhora… Amaneciendo

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El jaqueo al diario DeAhora

Amaneciendo

Buenos días. Este diario digital fue víctima de un bestial sabotaje que provocó alteraciones de gran magnitud en su diseño y organización interiores, acción que nos sacó de circulación hasta el día de hoy. Por el alcance de los daños y lo que implicaba restaurarlos para volver a la normalidad, los suplidores recomendaron retomar a partir de cero, lo que implicaba dejar atrás, perder de manera definitiva, el apreciable cúmulo de información colgadas por deahora.com.do en la red de redes. Nuestra respuesta fue de completo rechazo, lo que implicó que nos tuviéramos que sujetar a “las condiciones” fundamentalmente de tiempo, hasta que se lograra recuperar todo. ¡Y unos meses después, estamos de vuelta! A nuestros lectores, a quienes pedimos disculpas por la ausencia forzada, les confesamos que el acto vandálico no nos extrañó y en honor a la verdad, sabíamos que estábamos expuestos a un ataque de esa naturaleza. La razón es que, antes, tanto el correo electrónico, celular y WhatsApp de nuestro director, periodista Perfecto Martínez, habían sufrido agresiones frecuentes, que bajo ninguna circunstancia eran gratuitas ni inocentes. Lo que ocurrió contra DeAhora.com.do fue una acción planificada, hecha con sañas, que no solo nos privó del derecho a informar, sino que constituye un flaco servicio a la democracia criolla. Si bien a partir de hoy reestablecemos las actualizaciones informativas, es nuestra responsabilidad hacer saber que sujetos que adversan en el campo gremial y personal a nuestro director, entre ellos algunos en Santiago de los Caballeros que trabajan en el área de prensa del gobierno, lo que no necesariamente quiere decir que el gobierno tenga responsabilidad alguna en el caso, ya habían hecho saber que: “lo tenemos intervenido por todas partes”. El comentario fue formulado en el contexto de una reunión hecha en los pasillos de una estación radial local, donde se produce un programa vespertino de comentarios. En la conversación, que contó con la participaron de varios periodistas y no periodistas, se reveló que el celular, correo electrónico y el WhatsApp de nuestro director, “están bajo vigilancia”. Es más, se llegó tan lejos que, según comentara posteriormente uno de los participantes, en esa reunión hasta se decidió poner precio a su cabeza. Lo expuesto es más que suficiente para creer que este diario fue víctima de un sabotaje intencional y definitivamente perverso, una acción intolerante que vulnera el derecho a informar, así como a la libre expresión y difusión del pensamiento. El proceder, inapropiado en gente que cobra por “funciones desempeñadas” en el área de las comunicaciones gubernamentales, desnuda la torpeza de esos “servidores públicos”, quienes no tienen claro que su papel es propiciar las mejores relaciones entre gobierno, periodistas y medios de comunicación. Luce que infelizmente desconocen que las relaciones públicas son incompatibles con la provocación de conflictos y que, por el contrario, en esencia son preventivas por lo que deben ejercerse con profesionalidad y visión estratégica para cuidar siempre la buena imagen del patrón que paga. Los que en desempeño de esas funciones se involucran en eventos como el expuesto, ignoran que entre sus funciones elementales está evitar los ruidos que pudieran afectar o alterar la imagen y propósitos del actor a quien se le sirven. Por eso es contradictorio que “periodistas” que devengan apreciables salarios en la esfera oficial, se conviertan en promotores sistemáticos de acciones contra otros profesionales y medios informativos. Desde aquí censuramos con energía la agresión de que fuéramos víctima, advertimos que la intolerancia no callará nuestra voz y exigimos una exhaustiva investigacion sobre el particular.

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