Buenos días. Como lo habíamos advertido con anterioridad, el reporte final del COE respecto a lo acontecido durante el feriado de Semana Santa nueva vez nos llevó a contar muertos, heridos e intoxicados. Esta vez esas lamentables secuelas protagonizaron las funestas estadísticas derivadas del desenfreno, la bullanguería y el triste espectáculo del consumo de alcohol, drogas y sexo en playas y balnearios. Un total de 27 nacionales no retornaron al seno de los suyos, ocurrieron 212 accidentes de tránsito, el 60 por ciento de los cuales fueron provocados por motoristas, y de los 473 intoxicados por alcohol figuran 30 menores. Justo este último detalle nos obliga a detenernos un poco en vista de que el número de muchachos afectados, apenas tiene edades que oscilan entre los 10 y 17 años de vida. Este indicador inquietante en definitiva refleja el flojo desempeño del hogar, la escuela y la sociedad en sentido global, respecto a la orientación precisa en cuanto a prevenir a los menores acerca de las consecuencias negativas de este tipo de vicio y su incursión tan temprano en él. No hay que poner en dudas que quienes controlan los negocios de las drogas y el alcohol, se enfocan temprano en las generaciones de adolescente y jóvenes con la finalidad de asegurar el futuro de sus operaciones. Y lo peor es que obran a sus anchas. Por eso a nadie importa que 30 muchachos se intoxicaran bebiendo romo, por eso ningún padre o tutor fue requerido por la autoridad, por eso cada día se fortalecen y multiplican los puntos de drogas… Por eso el narcotráfico está metido hasta los huesos en estas democracias permisivas y corruptas…
