Buenos días. Como muchas otras áreas sensibles del país, el sector eléctrico vive una de sus peores crisis en los actuales momentos. Las razones son viejas y tienen varios rostros, aunque entre ellos sobresale la incapacidad de gestión del Estado para poner freno de una vez y por toda a tan perjudicial lastre. En diferentes contextos se han levantado diagnósticos que identifican las causas del problema, destacando la incapacidad de generación, las perdidas imparables, la falta de inversión puntual y los asuntos que tienen que ver con facturación y cobranza. A este último aspecto se refería ayer la vicepresidenta de la República, Raquel Peña, quien vehementemente reclamó de los usuarios pagar el servicio que reciben. Y justo ese reclamo nos obliga a recordar que análisis, estudios, informes, han dejado claro que los más incumplidores del compromiso de pagar la electricidad que consumen, no son precisamente las familias de menores ingresos. Esa es una odiosa práctica que envuelve a sectores del más alto nivel económico, aunque nunca se le reclama, nunca se le pone en evidencia y mientras tanto se deja creer que son los pobladores de los barrios quienes no pagan y, además, se roban la luz. En este país hay muchos empresarios, comerciantes y gente encumbrada que no pagan lo adecuado y que se escudan en diversas modalidades de fraudes para evadir su responsabilidad. Como en una ocasión lo revelara el Banco Mundial, son los poderosos, no los regulados, quienes se cargan la energía eléctrica. De manera que del desorbitante subsidio eléctrico no solo los pobres tienen culpabilidad, por el contrario, potentados y protegidos representan una suerte de pirañas que han hecho eterno este mal. Es sintomático el hecho de que recientemente el vicepresidente ejecutivo del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad, Andrés Emmanuel Astacio, denunciara que unos 400 mil hogares de todo el país no pagan la energía eléctrica, solo que no identificó a una sola industria, negocio, empresa o jorocón, que tampoco este cumpliendo con el pago.