Buenos días. En vez de pretender exhibir eficiencia por la aplicación de 849 mil multas solo en lo que va de este año, por distintas infracciones de tránsito, lo que se debiera sentir es pena. Las deprimentes estadísticas reveladas por la Dirección General de Tránsito y Transporte Terrestre confirman que República Dominicana tristemente ha fracasado en su propósito de contener ese desastre que, por sus tristes secuelas, vergonzosamente nos deja como despreciable legado ser el país número uno en el mundo en cuanto de muertes y lesionados por accidentes de tránsito. Las estadísticas de la Digesett llaman a la reflexión seria, reclaman una revisión crítica de las supuestas políticas aplicadas hasta ahora, por este y otros gobiernos anteriores, en los fallidos intentos por educar y generar conciencia ciudadana acerca de la necesidad de conocer y respetar las regulaciones del tránsito. Los números revelados tienen que leerse en la justa interpretación de lo que representan, jamás como pretendida muestra de satisfacción por el “castigo” aplicado. Queda claro que no se trata de seguir haciendo operativos, de reportar casos, de que cada agente en la vía llene un determinado número de multas cada día, de pensar que el problema será resuelto con medidas represivas. Hay que admitir el fracaso para intentar avanzar…
