Desde sus primeros pasos en la política, Leonel Fernández ha enfrentado un torbellino de críticas. Al principio, lo tacharon de joven e inexperto, llamándolo despectivamente “el pollito”. Más tarde, tras liderar al país en tres períodos de gobierno marcados por el progreso y la estabilidad, lo señalaron de haber agotado su tiempo.
Hoy, con una carrera consolidada y en su etapa más madura, algunos lo acusan de ser “demasiado viejo” para el liderazgo. Sin embargo, estas críticas no solo carecen de fundamento, sino que ignoran el invaluable aporte que su experiencia y visión ofrecen a la República Dominicana en un momento en que el país necesita dirección sabia y firme.
El mito de la juventud inexperta
Cuando Leonel Fernández asumió la presidencia en 1996, muchos lo consideraron incapaz de enfrentar los retos de una nación marcada por la inestabilidad económica y política. Sin embargo, desde el primer día, demostró su capacidad para navegar en aguas turbulentas. Bajo su liderazgo, el país experimentó una transformación sin precedentes: estabilidad macroeconómica, modernización del sistema judicial y la ejecución de proyectos de infraestructura que aún hoy son fundamentales, como el Metro de Santo Domingo. Lo que algunos vieron como «inexperiencia» fue, en realidad, visión renovadora y audacia estratégica.
El falso argumento del liderazgo agotado
Tras tres períodos de gobierno, críticos intentaron argumentar que su tiempo había pasado. Sin embargo, un análisis objetivo de sus gestiones revela que estas sentaron las bases para el crecimiento económico sostenido de la República Dominicana. Bajo su administración, el PIB creció de manera constante, la inversión extranjera directa alcanzó niveles récord y el país se posicionó como un líder regional en diplomacia y comercio. Argumentar que su liderazgo está «agotado» es ignorar el impacto duradero de sus políticas y su capacidad para adaptarse a los desafíos modernos.
La falacia de la edad como impedimento
Algunos sectores han intentado descalificar a Leonel Fernández basándose en su edad, obviando que en el ámbito internacional existen numerosos líderes que han alcanzado sus mayores logros en etapas maduras de sus vidas. Ejemplos como Lula da Silva en Brasil o Angela Merkel en Alemania demuestran que la experiencia y la madurez son cualidades esenciales en momentos de incertidumbre. En el caso de Leonel, su edad no es un impedimento, sino un activo que aporta sabiduría y perspectiva histórica, cualidades esenciales para liderar en tiempos de complejidad global.
Promotor de nuevas generaciones, no un obstáculo
Contrario a las acusaciones de que cierra el paso a nuevos liderazgos, Leonel Fernández ha sido un constante promotor del pensamiento crítico y la formación de líderes emergentes. A través de Funglode, ha impulsado programas educativos, conferencias internacionales y espacios de reflexión que han preparado a cientos de jóvenes para asumir roles clave en la sociedad. Su liderazgo no se basa en excluir, sino en construir una plataforma que inspire y empodere a futuras generaciones.
El legado de un estadista visionario
Las críticas hacia Leonel Fernández muchas veces ignoran los logros concretos de sus gestiones: el fortalecimiento de las instituciones democráticas, la ampliación del acceso a la educación superior, la modernización del transporte público y la integración del país en el mercado global. Estas iniciativas no solo mejoraron la calidad de vida de millones de dominicanos, sino que posicionaron al país como un modelo de estabilidad y crecimiento en la región.
Por qué Leonel es relevante hoy más que nunca
En el contexto actual, la República Dominicana enfrenta desafíos complejos: una economía que requiere diversificación, un sistema educativo que necesita modernización y un panorama político marcado por la polarización. En este escenario, la experiencia de Leonel Fernández es más valiosa que nunca. Su capacidad para negociar, construir consensos y diseñar políticas transformadoras lo convierten en el líder que el país necesita.
Leonel Fernández no es solo un líder hábil y capacitado para dirigir nuevamente a la República Dominicana; es, en esta etapa de su vida, el mejor candidato para hacerlo. Su experiencia, madurez y visión lo convierten en un activo invaluable para la nación. Lejos de ser un obstáculo para el progreso, representa la oportunidad de consolidar un país más justo, próspero y estable. En un momento en que el liderazgo firme y experimentado es crucial, Leonel Fernández se erige como el estadista ideal para guiar al pueblo dominicano hacia un futuro mejor.
Hoy por hoy, Leonel Fernández es el principal activo político de RD.