A menos de tres semanas de la jornada electoral 2024 en Estados Unidos, la vicepresidenta demócrata Kamala Harris y el expresidente republicano Donald Trump luchan por atraer a los votantes de raza negra, las mujeres y grupos clave como los latinos, en una apretada carrera por la Casa Blanca.
DETROIT, EEUU — La candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris, advirtió el martes que el republicano Donald Trump “institucionalizaría” duras tácticas policiales que afectan de manera desproporcionada a los hombres de raza negra. En tanto, el expresidente culpó a las políticas migratorias de Harris de “devastar” a las comunidades negras e hispanas.“Cualquier afroestadounidense o hispano que vote por Kamala… debería ir al psiquiatra, porque en verdad los están fastidiando”, dijo Trump sobre Harris, quien es de ascendencia afroestadounidense, durante un evento de campaña en Georgia.
Poco antes, durante un evento radiofónico moderado por Charlamagne tha God, Harris prometió trabajar para despenalizar la marihuana, la cual representa un número de arrestos que también afectan de manera desproporcionada a los hombres de raza negra. Además, reconoció que las personas de raza negra lidian a diario con desigualdades raciales y prejuicios en temas que van desde la propiedad de vivienda, servicios médicos, prosperidad económica e incluso al momento de votar.
A 21 días de que se realice la jornada electoral 2024 en Estados Unidos, Harris y Trump luchan por atraer a los votantes de raza negra, a las mujeres y demás grupos clave en lo que parece una contienda sumamente apretada. Harris, hija de inmigrantes procedentes de Jamaica e India, espera mantener la ventaja tradicional de su partido entre los votantes no blancos, mientras que Trump muestra modestos avances entre los hombres de raza negra.
Un pequeño cambio en cualquiera de estos grupos podría decidir la elección.
Harris le dijo a Charlamagne que a pesar de los persistentes prejuicios raciales, es impermisible que alguien se abstenga de votar.
“Nunca deberíamos quedarnos sentados y decir: ‘Bien, no voy a votar porque no se ha resuelto nada’», declaró. “Esta es una contienda con un margen mínimo. Es apretada. Voy a ganar. Voy a ganar, pero está apretada”.
La vicepresidenta trató de responder a preguntas de los radioescuchas, pero también de una serie de personas que estuvieron en el estudio, como el pastor Solomon Kinloch Jr., de la Iglesia del Triunfo de Detroit.
Cuando se le preguntó de las compensaciones o posibles pagos del gobierno a los descendientes de esclavos, Harris dijo que es algo que “debe estudiarse, de eso no hay duda”. Es una postura que ha tomado en ocasiones anteriores, pero una que el equipo de campaña de Trump no tardó en explotar, diciendo que la vicepresidenta estaba “abierta” a realizar pagos que podrían ascender a miles de millones de dólares.
Trump ha hecho un llamado al regreso de “métodos comprobados para combatir el crimen, como la política de detención y cateo». Dicha táctica, utilizada por el Departamento de Policía de Nueva York, involucraba la detención, interrogación y en algunas ocasiones, el registro de personas “razonablemente sospechosas”. La medida afectó de forma desproporcionada a hombres negros y latinos, y en 2013 se determinó que violaba la Constitución de Estados Unidos.
Harris dijo que parte del desafío al que enfrenta es que la campaña de Trump está “tratando de ahuyentar a las personas porque, de otra manera, saben que no tienen ningún argumento de campaña. Pregúntenle a Donald Trump cuál es su plan para los estadounidenses negros. Pregúntenle”.
Trump no respondió a las críticas de Harris durante sus varios eventos del martes, incluido uno organizado por Fox News ante una audiencia exclusivamente femenina, y un mitin nocturno en Atlanta, en donde arremetió contra los demócratas y la prensa, y se enfocó en los inmigrantes que están sin autorización en el país.
Insistió que los inmigrantes están “devastando” a las personas de color al quedarse con sus empleos. Calificó las políticas fronterizas del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Harris como “una completa y absoluta traición a las comunidades afroestadounidenses y a las comunidades hispanas”.