Durante los últimos años de mi vida, he tenido que lidiar con dos condiciones humanas muy elementales y que todos debemos de manejar con mucha inteligencia, amor y tolerancia. Me refiero a los resentimientos y al perdón. Por muchos tiempos tuve la oportunidad de leer una historia muy conmovedora, en la cual se hace referencia a dos grandes del canto lírico. Me refiero a Plácido Domingo y José Carreras; el primer madrileño y el otro catalán. Entre ambos había una gran rivalidad, no sólo en lo profesional, además en el ámbito político, a tal grado de en el año 1984 se declararon enemigos y se negaban a participar juntos en los espectáculos. En el año 1987, a José Carreras le diagnostica leucemia, por lo que tuvo que abandonar su carrera y dedicarse a recuperar su salud. Para ello tenía que viajar mensualmente a Estados Unidos, donde le practicaron un trasplante de médula ósea. El esfuerzo por recuperarse trajo como consecuencia gastar todos sus ahorros hasta no tener con que seguir el tratamiento médico. Plácido Domigo, enterado de esa situación, organizó una fundación para brindar todo tipo de apoyo a pacientes con leucemia. Dicho fundación hizo todo para salvarle la vida a Carreras, el cual se integró de nuevo al arte de cantar. Enterrado de su rival le había salvado la vida, se le presentó a un espectáculo, pidiéndole perdón y expresándole efusiva gratitud. Una destacada periodista le preguntó a Plácido por qué había hecho esa por un enemigo; Domingo le contestó que una voz tan hermosa no podía morir. Conociendo la gravedad que implica vivir lleno de resentimientos y el gran valor que representa el perdón, me permito hacer uso de las enseñanzas del apóstol Pablo, a los feligreses de las distintas iglesias, creadas en gran partes del mundo.
El apóstol Pablo aborda el tema del perdón de manera profunda y significativa en varias de sus cartas en el Nuevo Testamento. Aquí hay algunas formas en las que Pablo trata este tema:
1. Ejemplo de Cristo: Pablo enfatiza que el perdón es central en la vida cristiana, y él mismo lo ejemplifica al recordar cómo Cristo perdonó a sus enemigos incluso mientras estaba en la cruz.
2. Imitación de Dios: Pablo enseña a los creyentes a perdonar como Dios los ha perdonado en Cristo. Este perdón es abundante, completo y libre de condiciones.
3. Evitar la Amargura: Pablo advierte sobre los peligros de la amargura y el resentimiento, instando a los creyentes a perdonar para mantener la paz y la unidad en la comunidad cristiana.
4. *Reconciliación: Pablo ve el perdón como un camino hacia la reconciliación, tanto con Dios como entre las personas. Él anima a los creyentes a buscar la reconciliación y a trabajar por la restauración de las relaciones rotas.
En resumen, para Pablo, el perdón es una expresión del amor y la gracia de Dios, una virtud esencial para los seguidores de Cristo que buscan restaurar relaciones y fomentar la unidad en la comunidad cristiana.
