Por Alejandro Arredondo
El Banco Central de la República Dominicana (BCRD) ha dado la primera señal para un ciclo de reducción de las tasas de interés que podría estar en camino. Recientemente en la reunión de política monetaria la Autoridad Monetaria decidió disminuir en 25 puntos básicos la Tasa de Política Monetaria (TPM), también llamada tasa de interés de referencia, fijándola para el mes de septiembre en 6.75%.
Esta primera medida, aunque modesta en comparación con los aumentos de tasas de intereses observados entre diciembre del año pasado y agosto de este año 2024, refleja una intención de aliviar la carga financiera sobre los agentes económicos (sectores productivos y público en general con préstamos bancarios) y estimular el crecimiento económico para los próximos meses del año.
Entre el periodo diciembre 2023 y agosto 2024, las tasas de interés activas ( la que los bancos cobran por los préstamos) experimentaron un incremento significativo, pasando de un promedio ponderado de 13.6% a 15.5%, siendo muy significativo. De manera proporcional no sucedió con las tasas de interés pasivas (aquellas que los bancos pagan por los depósitos y ahorros).
En este contexto, la reciente primera reducción de este ciclo anunciada por el Banco Central, puede interpretarse como el inicio de posteriores recortes, los cuales deben acompañarse de una política monetaria más expansiva si se busca alcanzar el crecimiento económico entre 5.1 y 5.2 % del Producto Interno Bruto (PIB) proyectado para final de año.
Para que lo anterior tenga el efecto deseado, es necesario que el Banco Central no solo continúe con los recortes en la tasa de referencia, sino que también inyecte liquidez al mercado. Esto permitirá una reducción significativa de las tasas de interés activas, que son las que impactan directamente a los consumidores y a los sectores productivos. Sin embargo, es importante recordar la siguiente frase que se ha vuelto casi un axioma decir que “en economía no hay tal cosa como un almuerzo gratis”, popularizada por el Nobel de Economía Milton Friedman. Nos referimos a que un aumento de la liquidez generalmente conlleva presiones al alza en la tasa de cambio, como se produjo entre los años 2020 y 2023.
El escenario económico internacional también juega un papel crucial en la estrategia del Banco Central. El presidente de la Reserva Federal (Fed) de EE. UU, Jerome Powell pronunció un discurso en el “Simposio Económico de Jackson Hole” hace par semana, en el cual ofreció algunas señales sobre recortes en la TPM en ese país a partir de septiembre y la decisión del Banco Central de la República Dominicana parece alinearse con esa expectativa. Una anticipación a estos movimientos en el mercado internacional es clave para mantener la estabilidad económica interna y evitar desajustes en las expectativas de inflación.
A pesar de la reducción de la tasa de referencia, su impacto en los consumidores no será inmediato, por el efecto de rezago natural de esta decisión. Generalmente, los efectos de una reducción en la tasa de política monetaria tardan entre seis y ocho semanas en reflejarse en las tasas de interés de los préstamos ofrecidos por los bancos. Aquellas personas y empresas con préstamos a tasa fija no verán cambios, mientras que los que tienen préstamos a tasa variable podrían beneficiarse si los recortes continúan, pero tienen que acercarse a su banco para negociar esa eventual reducción. Los nuevos prestatarios, por otro lado, podrían encontrar condiciones más favorables en el mercado en los próximos meses.
Este ciclo de recortes, si se continúan, podría ser una oportunidad para que las empresas y los consumidores reconsideren sus estrategias financieras. La posibilidad de acceder a créditos más baratos podría estimular la inversión y el consumo.
Esta primera reducción de la TPM o tasa de referencia es un paso en la dirección correcta para dinamizar la economía dominicana. Sin embargo, se necesitará un enfoque prudente y balanceado para manejar los posibles efectos secundarios, como la presión sobre la tasa de cambio.