Buenos días. Tres semanas después, los dominicanos siguen anciosos de conocer los detalles de la competencia de consumo de drogas entre reos, un insólito evento que tuvo lugar en un recinto penitenciario de Moca y que dejó una víctima entre los tres participantes. La autoridad competente informó la integración de una comisión que se encargaría de investigar el bochornoso caso, solo que, tres semanas después, ha prevalecido el silencio y, al parecer, se ha olvidado de rendir el informe correspondiente. Intriga lo que ocurre porque no se trata de un hecho que requiera de una experticia compleja, lo que desata el temor de que lo prometido caiga en el olvido. Solo basta con encarar a los responsables de la administración del penal y probablemente llenar algunos requerimientos propios de una investigación a todas luces simple. Además, no se trata de un recinto que albergue a miles de privados de libertad, tampoco hay ahí una estructura administrativa, seguridad y vigilancia que involucre a cientos de servidores. La tardanza preocupa por la naturaleza del caso, nada más y nada menos que una competencia de consumo de drogas en una cárcel. Conviene que la sociedad esté alerta y en actitud de reclamar claridad por tratarse de un acontecimiento inaudito, sospechoso, extremadamente irracional y que provoca justificadas sospechas de que no solo las drogas, venta y consumo, tienen puertas libres en las cárceles del pais, sino que en tan aberrante práctica, están involucrados sus propios funcionarios.
