Buenos días. De las diferentes provincias del país, Santiago registró el nivel de abstención electoral más alto en las pasadas elecciones presidenciales y congresuales, un 52.26 por ciento, según lo reportara la Junta Central Electoral. En adición y como elemento aún más preocupante, cabe recordar que el 72 por ciento de los santiagueros hábiles para sufragar en las elecciones de febrero, se mantuvo al margen y no acudió a los centros de votación. El comportamiento supone la presencia de variables que ameritan de un estudio ponderado y profundo, pero no está a la vista que haya interés al respecto, ni quién debe asumirlo. ¿Por qué la gente en Santiago está dejando de votar? ¿Qué factores vienen incidiendo en la indiferencia ciudadana ante el deber de sufragar? ¿Dónde se ubica él o los segmentos de santiagueros que se abstienen de votar? ¿Por cuál o cuáles razones se abstienen? ¿Es insuficiente el nivel de motivación que vienen generando partidos, candidatos y la propia Junta Central Electoral? ¿Es el problema únicamente de la responsabilidad de los políticos y sus partidos o debe intervenir la JCE? ¿Es optima la calidad de la democracia municipal y provincial? Las preguntas no hallarán respuestas porque no figuran en la agenda de ninguna instancia del país. Mientras tanto, la abstención se fortalece y en definitiva, para el caso de Santiago, demostró que tiene mayor arrastre que todos los partidos políticos juntos…
