Buenos días. Es difícil que pase un día sin que los diarios no destaquen en sus portadas nuevos casos de asesinatos de mujeres, violación a niños e incautación de drogas. Esas tres desgracias se imponen al grado de que las informaciones servidas ya no sorprenden a nadie. No, porque se han hecho habituales, comunes, entre los dominicanos. Lo asesinatos de damas ganan espacios mediáticos de forma impresionante y con igual presencia, los abusos y violaciones contra niños. Lo de las drogas apesta por la frecuencia y los ruidosos volúmenes que los medios reportan se decomisan a cada instante. Lo que preocupa de esas abundancias es que mientras se multiplican y se convierten en normales, se prefiere adoptar una conducta contemplativa en vez de endurecer las consecuencias. Desde este diario hemos abogado por la aprobación de una Ley que consigne la castración química obligatoria para toda clase de violadores, abusadores, hostigadores, que conviertan a niños en víctimas de sus enfermedades. Igual hemos cuestionado los recursos legales con que cuenta el pais para enfrentar el creciente y preocupante concierto de asesinatos de mujeres y, por igual, cuestionamos que el combate al tráfico y consumo de drogas siga soportado en criterios que ya no se corresponden con la dimensión que ese problema ha alcanzado. Pero en los casos expuestos, tres verdaderos lastres, parece que pesan más intereses espurios que la urgente necesidad de cortar de raíz los citados males. Por eso es que vivimos cuestionando al servicio de quién está el Congreso Nacional, al igual que otros poderes a quienes al parecer ni le va ni le viene que estas aberraciones sigan ganado terreno en este paisaje…