Buenos días. En el día de ayer otra vez Santiago y otros importantes enclaves del denominado Cibao, fueron impactados por un fuerte operativo antidrogas que envolvió a actores extranjeros y nacionales, dejando como saldo la incautación de dos toneladas de cocaina y el arresto de diez personas en unos 37 allanamientos. El Búfalo NK involucró a personal de la DEA, del Comando Sur, a decenas de fiscales y más de 400 efectivos policiales y militares del país. Los resultados dejaron orondos tanto a los de aquí como a los de allá, pero como es habitual, se trata de una satisfacción pasajera en tanto la solución al avasallante problema de tráfico y consumo de drogas, nunca ha estado ni está en la sábana. ¡Y la lógica es muy simple! Si en su casa se rompe la tubería del agua y usted toma una escoba para barrer y contener el desbordamiento del líquido, en vez de obstruir y sellar el escape, no espere resolver con eso el problema de manera definitiva. Lo que ocurrirá es que el agua seguirá fluyendo e inundando su casa. ¡Igual ocurre en la “lucha” contra el tráfico de drogas! Ese diabólico mal se engulle a la juventud, se mete en las escuelas, inunda las estructuras del Estado, multiplica su influencia en la economía y, a través del lavado, controla área sensible en los campos inmobiliarios y de negocios diversos. Ese ruidoso episodio de ayer, se repite más tarde y dejará resultados parecidos, pero mientras tanto, el pais se fortalece no solo como puente, sino como consumidor. ¡Y los carteles se adueñan de ciudades como Santiago y otras del Cibao! Pero, ¡que siga la rumba!