¡Marileidy, regocijo por lo alto!
¡Buenos dias, tíos! Cuanta alegría! Llegó cargada de gloria, henchida de emoción y con una desbordante satisfacción marcada en su rostro, ¡así arribó Marileidy ayer al país!, nuestra medallista de Oro que llegó junto a dos victoriosos competidores del boxeo, Cristian Pinales y Yunior Alcántara, ¡quienes orgullosamente se llevaron medallas de bronce en los exigentes Juegos Olímpicos de Francia! La alegría es desbordante, el reconocimiento es sincero y la gratitud ¡llena almas y corazones de los dominicanos en cada rincón de la geografía nacional! No sólo se trata de una inigualable hazaña por haber superado a otros competidores mejores entrenados y con condiciones de vidas mucho más halagüeñas, se trata tambien de haberlo logrado a pesar de las limitaciones y crujías en medio de las que vivien y practican nuestros atletas. ¡Eso hay que cambiarlo! ¡Ojalá que prenda la voluntad política de propiciar condiciones a la altura que exigen nuestros deportistas! ¡Mano a la obra pues…!
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¡Ay Ñeñe!
¡Tíos, la verdad es que por estos predios hay cómicos que ni siquiera logran sacar una sonrisa a otros! Dice el Senado de la república que fueron manejados “con transparencia” los 200 millones que chuparon los senadores en el 2023 por concepto del Barrilito. ¡Usted oyó bien, boludo! Dizque ellos revisaron 443 expedientes acerca de los gastos ¡y todo salió de maravilla! Porque los honorables y serios senadores gastaron bien esos cuartos. ¿A caso algún pendejo esperaba que dijeran otra cosa? ¡Quien afila cuchillo para su propia garganta! Ese irritante privilegio es una de las versiones más descarada de la chirlataría política criolla. Y esta comiquería se saca ahora porque por si viene la reforma fiscal y ya diversos sectores de la sociedad han sugerido que ese maldito privilegio se tumbe. ¡Pero digan lo que digan a su favor, esa práctica de corrupción permitida representa una de las vulgaridades inadmisible de la mentada democracia que nos gastamos!
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Decimiando
Si la mente no me falla
Sin apoyo ni atención
Quienes siempre ganan medallas
Son muchachos del montón.
