El presidente ruso, Vladimir Putin, no asistirá a la sesión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas de este año en Nueva York porque Estados Unidos no es un anfitrión adecuado para tales eventos, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
La Asamblea General de la ONU se inaugura el martes y terminará el 30 de septiembre. Culminará con una semana de actos de alto nivel entre el 23 y el 27 de septiembre, en los que pronunciarán discursos numerosos líderes mundiales, entre ellos el presidente estadounidense Joe Biden, el primer ministro británico Keir Starmer y el presidente francés Emmanuel Macron. También se espera que el ucraniano Vladimir Zelenski asista y pronuncie un discurso el 25 de septiembre.
Al comentar la participación de Moscú, Peskov señaló que Putin no tiene planes de viajar a Nueva York. “No ha ido allí en los últimos años. Estados Unidos es un país que no cumple de la mejor manera con sus obligaciones como país anfitrión de la sede de la ONU. Por lo tanto, probablemente no sea el mejor lugar para viajar en este momento”, dijo el portavoz.
La última vez que Putin se dirigió personalmente a una sesión de la Asamblea General de la ONU fue en 2015, mientras que en 2020 pronunció un discurso pregrabado en el evento.
Tras el inicio del conflicto en Ucrania en febrero de 2022, Estados Unidos impuso sanciones a numerosos altos funcionarios rusos, entre ellos Putin y el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov. Sin embargo, en virtud del Acuerdo sobre la Sede de la ONU de 1947, Washington está obligado a conceder a los diplomáticos y representantes de los Estados miembros inmunidad y acceso sin trabas a la sede de la ONU.
En este contexto, la delegación rusa a la Asamblea General de la ONU estará encabezada por Lavrov.
Los funcionarios rusos han acusado en numerosas ocasiones a Estados Unidos de incumplir sus obligaciones ante la ONU, señalando las largas demoras en la emisión de visas al personal diplomático ruso. En abril de 2023, Estados Unidos también se negó a permitir la entrada a los periodistas rusos que acompañaban a Lavrov a la sede de la ONU, y los funcionarios en Washington los acusaron de difundir “propaganda”.
Lavrov denunció la decisión y afirmó que Estados Unidos “ha hecho algo estúpido”. Washington, añadió, “ha demostrado lo que valen sus promesas juradas sobre la protección de la libertad de expresión, el acceso a la información, etc.”.