Buenos días. Es plausible y prometedora a la vez, la graduación de los primeros 1,016 nuevos agentes policiales en el contexto del proyecto de reforma policial. La ceremonia de graduación fue encabezada ayer por el presidente Abinader, quien reiteró el compromiso de continuar impulsando la iniciativa puesta en marcha en su primer Gobierno. Esta primera entrega despierta interesantes expectativas en tanto la sociedad dominicana está deseosa de sentirse resguardada por un cuerpo policial moderno, diferente al que hemos padecido, responsable de su deber social y que esté libre de las contaminaciones y mañas que le restan respeto, credibilidad y aceptación entre los dominicanos. Lo que se aspira es a que, con la entrega de la primera camada de agentes reeducados, como país iniciamos una nueva y orgullosa etapa donde no haya espacio para los males congénitos de la institución del orden y, en cambio, sí se generen sentimientos de identificación y orgullo por parte de la sociedad. Merecemos sentirnos orgullosos de un cuerpo policial profesional y confiable, de una institución con servidores que actúen apegados a valores, métodos y formas que les confieran autoridad y aceptación ante el ciudadano. Un cuerpo de auténticos servidores con vocación y en capacidad para ganar el apoyo y confianza de los diferentes sectores de la vida nacional. Ojalá que no se trunque esa aspiración, como ya ha ocurrido varias veces, y que los vientos de reforma policial no se queden en expresiones coyunturales que no pasan de ser vanos espejismos.