Buenos días. Satisface que las autoridades hayan puesto en marcha un plan para encarar los niveles de violencia, uso de sustancias narcóticas y el porte de armas blancas en los centros escolares. A través de la Policía Escolar se ejecuta la “operación Mochila”, que en una primera fase ha incautado 3,358 armas blancas de diferentes tipos, así como decenas de cigarros electrónicos que los alumnos cargan en sus mochilas e introducen a los planteles. Aunque es una acción plausible, no deja de generar preocupación y vergüenza en tanto desnuda la gravedad por la que transita la educación dominicana y, a la vez, se erige como amenaza del futuro mismo de nuestros muchachos y por consiguiente de la nación. No hay manera de comprender cómo autoridades, vigilantes, policías escolares, profesores, los propios alumnos y los también padres, hayan permitido que nuestras escuelas se convirtieran en espacios violentos y apto para el consumo de sustancia alucinógenas y uso de armas blanca. El deprímete cuadro exige más que operativos, demanda la difinición y aplicación de políticas efectivas que preserven los espacios educativos y garanticen que cumplan con la misión de formar, no de permitir y alimentar que en vez de preparar a las generaciones que más luego habrán de dirigir los destinos del pais, estemos fabricando monstruos y parásitos de los que tengamos que avergonzarnos cada día mas.
