Buenos días. Con seguridad casi absoluta, la ministra de Interior y Policía aseguró ayer que el proceso de reforma educativa de la Policía Nacional continuará su curso, muy a pesar del fracaso del proyecto de Reforma Fiscal. Faride Raful ofreció garantías de que la reforma se centrará en mejorar “áreas claves como la educación, la investigación y la integración de los agentes policiales a la sociedad, quienes deberán desempeñar sus funciones con honorabilidad y honestidad”. Lo mejor que podría ocurrir es que los dominicanos puedan no solo palpar sino disfrutar de una nueva Policía Nacional. Esa representaría una conquista de inconmensurable valor, en tanto la gente, el pueblo llano, la sociedad en sentido general, no confía en el actual cuerpo policial y por muchísimas razones, hasta cuestiona y duda que sea posible reformar lo irreformable. Se espera que el costoso proceso que despliegan las autoridades, tenga en cuenta que los viejos problemas que carcomen a esa institución son vastos, de naturaleza estructurales y que sus prácticas arbitrarias, vicios y debilidades, no se van a superar con un nuevo uniforme, algunos cursos intensivos, el cambio de color de los cuarteles, con ciertas escaramuzas desilusionantes, tampoco dejando de lado la condición humana, económica y social de los uniformados. ¿Se dará esta vez?
