Buenos días. Los cacos azules no resolvieron nada en Haití. Y si una cosa resaltó al grado de crear indignación fueron los abusos sexuales que, muchos de sus uniformados, cometieron contra jóvenes y mujeres haitianas. ¡Nada más! A pesar del fracaso y la fea experiencia citada, otra vez se mueven intentos para enviar a Haití tropas azules que deben ser aprobadas previamente por la ONU. Es como si se intentara reeditar medidas que demostraron ser infuncionales y que, indiscutiblemente, no representan el nivel de respuestas de que precisa la inquietante situación prevaleciente en la empobrecida nación. Haití requiere mucho más que paliativos e inventos. Su inestabilidad, la falta de instituciones fuertes sobre las que se soporte un Estado de derecho, la ausencia de un compromiso serio por parte de organismos y gobiernos internacionales, para aplicar acciones estructurales definitivas y válidas, auguran el fracaso del envío inútil de cacos azules. Pero es parte de los paliativos, de la falta de compromiso de quienes, incluso, tienen un grado histórico de responsabilidad en esa atormenta realidad que es Haití. Un Haití sin futuro y, lo que es peor, una amena seria para la sobrevivencia de República Dominicana como nación soberana e independiente.