Por Guillermo Muñoz
El comportamiento individualista de la oposición me da la razón a los pocos días de advertir acerca de que no había interés en pactar una alianza de primera vuelta para enfrentar la reelección y al PRM. Y la razón es simple, se practica una desarticulada estrategia donde cada quién impone sus intereses por lo que lucen matándose entre ellos, cuando lo correcto es que hagan pronunciamientos en común y en apoyo a los alcaldes, regidores y vocales que les robaron y les siguen robando a pesar de haber ganado por la voluntad popular.
El comportamiento de luchas entre sí y contra todos permite establecer que aquí no hay políticos, sino más bien mercaderes que van al lado dependiendo de sus intereses particulares.
Políticos que no alcanzan enfocarse en el combate de su verdadero enemigo, que es el gobierno y el PRM.
Exhiben una súper mala estrategia política cuando la unidad debió imponerse a todo y en el momento que se precisa abrazar la consigna o lema de campaña “vergüenza contra dinero”.
Ante la acción tozuda de ir separados a las elecciones presidenciales solo queda seguro que, por supuesto, otra vez y como sucedió el 18 de febrero, ganará el dinero.
Debieron replantear la alianza en procura de tener éxito en mayo, esforzarse, colocar en primer plano los intereses de la gente y vencer sus propios demonios para hacer posible una alianza en primera vuelta, además de un senador unificado por cada una de las provincias.
¡Pero no fue posible porque la fuerza del sectarismo interesado es superior al raciocinio político! En definitiva y muy en particular, la arrogancia, el ego y la prepotencia del candidato presidencial del PLD, Abel Martinez, pudo más, al grado de que los hunde a todos en el abismo político con mira a futuro…ya que no tiene presente.
Mientras tanto, a los dominicanos descamisados, esos que viven cada día, todos los días, las funestas consecuencias del infierno en que lo metió el presente Gobierno, tendrá que seguir ajustando la correa por cuatro años más.
