Buenos días. En las últimas semanas se ha incrementado el apresamiento de personas que trafican con haitianos indocumentados en República Dominicana. Lo más penoso es que, entre los sorprendidos, figuran policías y militares que deshonrosamente se dedican a semejante práctica. Según versiones extraoficiales, la situación se recrudece en la frontera y zonas aledañas, lugares donde el negocio opera a sus anchas. Son deprimentes episodios como ese los que inciden en el hecho de que nuestro territorio esté copado por la presencia de millones de haitianos, en tanto la confabulación echa por la borda los esfuerzos oficiales en materia de deportación. Parecería que el macuteo a los ilegales se ha desarrollado como una industria que mueve recursos millonarios, solo que despierta la atención ciudadana cuando sorprenden y apresan a uno que otro militar o policía en plena actividad. De ahí que la ciudadanía confiera tan poca importancia a la información de que apresaron a determinado capitán, sargento o simples miembros de la Policía o el Ejercito transportando a ilegales haitianos o traficando con documentos falsificados. Sin dudas, ahí reside el hecho de que una considerable parte de los deportados, en cuestión en unos cuantos días estén de nuevo en nuestro territorio. Así no hay manera de que podamos avanzar…