Hipólito Martínez está obligado a llegar hasta las últimas instancias, más que por sí mismo, por quienes votaron por él
Por José García
Santiago Oeste, Santiago.- Recuerdo que por este mismo medio, tres días antes de las elecciones del 18 de febrero pasado, predije la importancia que revestirían los resultados en el municipio Santiago Oeste, para el gobierno, por su densa población votante, indicativo certero de la simpatía hacia el sector oficialista, o su rechazo en la próximas elecciones presidenciales.
El enfrentamiento entre Hipólito Martínez y Eddy Báez, significaba más que la disputa por un distrito municipal, para uno era demostrarle lo que le ofreció al presidente, mientras que para otro era darle continuidad a un brillante proyecto interrumpido, consensuado desde la fundación de Santiago Oeste, y ahora se le suma la obligación moral, política y de cara al pueblo de defender la decisión de los que confiaron en él.
Aunque el marco de la apreciación, se circunscribe en Santiago Oeste, es un segmento representativo de las grandes mayorías, y por el contrario de los fenómenos como Kelvin Cruz, los votantes no son atraídos por esos liderazgos principescos, sino por el bolsillo, el estómago, las chatarras, las vueltas, algunos porque aún creen; esa es la imagen que pulula en los barrios dominicanos.
Al observar la forma como el oficialismo asumió mi predicción, mis cavilaciones se sueltan, viniendo a mi memoria como al fundador de la república, de lo que somos, le impidieron gobernarla, o como Máximo Gómez le pregunta a José Martí, luego de este último convencerle, a que fuera a liberar a Cuba, con su mirada perdida sobre el azul mar, -Martí, ¿a qué es que vamos a Cuba? respondiendo el apóstol de la independencia cubana, -a recibir como pago el desprecio y la ingratitud, pero razono rápidamente: este no es el caso, la gente fue y cumplió.
Las marañas del poder son espectros, me decía un jurisconsulto vegano, una combinación de magia, manipulaciones y verdades que no son tales, pero llega un momento donde no sirven la magia, ni las manipulaciones, ni las mentiras pueden vestirse de verdad, pudiendo convertirse Santiago Oeste, en una piedra dentro del zapato del gobierno de Luis Abinader, que sea la pata coja de Santiago.
La firme decisión del profesor Martínez, apoyada por importantes sectores, se centra en el respeto de la voluntad popular, la cual intentan vulnerar los fraudes electorales que se cometieron en su contra, como son: Compra de delegados, obstáculos a los observadores de escrutinio, cambio de los números en las actas. Así como: validación arbitraria de sufragios, compra masiva de cédula y la prevaricación cómplice con el oficialismo por parte de la policía militar electoral. Lo que demandan una investigación al respecto.
El candidato a la alcaldía de Santiago Oeste, por la Fuerza del Pueblo, afirmó que los funcionarios de los colegios electorales desarrollaron una serie de maniobras fraudulentas en diferentes demarcaciones de la provincia Santiago, que le robaron la voluntad popular expresada por la ciudadanía en las pasadas elecciones municipales del 18 de febrero.
El comunicador y abogado Hipólito Martínez, acompañado de varios candidatos a Regidores de diferentes demarcaciones exigió que el Tribunal Superior Electoral ordene mediante sentencia el recuento del voto físico a los fines de que se pueda establecer quienes fueron realmente los verdaderos favorecidos con el voto popular.
Los candidatos presidenciales de la oposición no son ajenos a lo que ocurre en Santiago Oeste, están obligados a mover sus fichas, por el bien del sistema de partidos y por el respeto al derecho, cuna de la democracia y la gobernabilidad, o le darán del mismo te en mayo.
Hipólito Martínez reiteró la confianza de que el Tribunal Superior Electoral ordenará el recuento de los votos de su demarcación y que emergerá victorioso para encabezar una gestión municipal que dignifique al pueblo de Cienfuegos, Los Ingenios y sus comunidades.
