A una semana de las elecciones presidenciales del 19 de mayo en República Dominicana, la alianza opositora Rescate RD, compuesta por el PLD, FP y PRD, ha presentado una instancia ante la Junta Central Electoral (JCE) solicitando una serie de medidas que consideran esenciales para garantizar la transparencia y equidad del proceso electoral. Entre las demandas se incluye la sustitución del Director de la Policía Militar Electoral y la transmisión en tiempo real de los resultados electorales.
Este movimiento ha generado especulaciones sobre si la oposición está preparando el terreno para un posible retiro del proceso electoral. La preocupación surge en un contexto donde las encuestas de renombre, como las realizadas por Gallup Dominicana y Mark Penn, proyectan una victoria contundente para el partido oficialista PRM y su candidato, Luis Abinader. Estos estudios sugieren que la oposición podría estar enfrentando un desempeño electoral desfavorable.
La estrategia de Rescate RD podría interpretarse de dos maneras: como un esfuerzo legítimo para asegurar elecciones justas o como una táctica para justificar un potencial mal resultado. Si bien es crucial que todas las voces políticas trabajen juntas para fortalecer la democracia y la confianza en el sistema electoral, la presentación de demandas a tan corto plazo plantea interrogantes sobre la viabilidad de su implementación y el timing político.
La situación actual pone de relieve la importancia de la confianza en las instituciones democráticas. La JCE tiene la responsabilidad de garantizar que las elecciones se lleven a cabo de manera transparente y justa, y debe abordar las preocupaciones de todos los partidos políticos de manera oportuna. Por otro lado, la oposición debe considerar que la retirada del proceso electoral podría tener consecuencias a largo plazo para la estabilidad política y la percepción internacional de la democracia dominicana.
La decisión de Rescate RD de participar o no en las elecciones será un reflejo de su compromiso con el proceso democrático y su confianza en la capacidad de la JCE para atender sus demandas. Independientemente del resultado, es esencial que el proceso electoral se desarrolle de manera que refuerce la fe de los ciudadanos en su sistema político y en la legitimidad de sus líderes electos.
