Un reconocimiento al mérito, no a la insistencia
Por Ramón Paulino
Cada año, la Asociación de Cronistas de Arte (ACROARTE) lleva a cabo un minucioso proceso de evaluación con el propósito de premiar a los mejores exponentes del arte y la comunicación en la República Dominicana.
A través de tres asambleas de evaluación, este jurado realiza un análisis exhaustivo del trabajo de artistas y comunicadores, garantizando así la inclusión de todos los que han destacado en sus respectivas áreas, sin necesidad de que estos manifiesten su interés en ser considerados. Este ejercicio, que ya suma 40 años de trayectoria, se ha consolidado como un pilar fundamental en la valoración del arte dominicano.
El proceso de selección es riguroso y se divide en tres fases. Las dos primeras asambleas están destinadas a la evaluación del desempeño de los artistas durante el año, mientras que la tercera asamblea se enfoca en la nominación.
Solo cinco candidatos por categoría logran alcanzar la nominación final, lo que convierte esta selección en un verdadero reconocimiento al esfuerzo y la calidad artística. La labor de ACROARTE en este sentido es titánica, pues debe reducir una lista extensa de talentosos exponentes a un grupo limitado de nominados.
Uno de los aspectos más importantes del proceso es que, una vez definidos los nominados, ACROARTE no interviene en la elección de los ganadores. Esta responsabilidad recae exclusivamente en el jurado, que vota de manera secreta y democrática.
De esta forma, se evita cualquier tipo de influencia externa o favoritismo, garantizando la transparencia del certamen. Sugerir a ACROARTE que realice la selección de alguien solo porque haya sido nominado en múltiples ocasiones, es desconocer la integridad con la que se ha manejado la organización durante cuatro décadas.
A pesar de este esfuerzo por la imparcialidad, las nominaciones suelen generar debates y, en algunos casos, inconformidades. Mientras algunos artistas consideran que su exclusión es injusta, otros cuestionan su inclusión en la lista de nominados.
Esta reacción es natural en cualquier competencia, donde las expectativas personales pueden chocar con los criterios de selección. Sin embargo, lo cierto es que la sola nominación ya representa un reconocimiento invaluable en un escenario altamente competitivo.
Para aquellos que no desean ser nominados, la única opción lógica sería no destacar en su trabajo, lo cual resulta paradójico en un ámbito donde la excelencia es la meta principal. La calidad y el impacto del desempeño de un artista o comunicador son los factores determinantes para ser considerado por ACROARTE, y su reconocimiento en los premios debe verse como un estímulo para seguir creciendo profesionalmente.
En este sentido, el trabajo de ACROARTE no solo dignifica el arte y la comunicación en el país, sino que también contribuye a elevar los estándares de calidad en la industria. Su meticulosa labor de evaluación y selección refuerza la credibilidad de los premios, que se han convertido en un referente nacional e internacional.
Es por ello que, lejos de cuestionar su transparencia, es fundamental valorar la importancia de estos reconocimientos en la promoción del talento dominicano.
Los premios de ACROARTE representan una plataforma de legitimación para los artistas y comunicadores del país. La imparcialidad del proceso y el compromiso del jurado con la objetividad han sido clave para mantener la credibilidad de estos galardones.
Más allá de las críticas y controversias inevitables, estos premios continúan siendo un símbolo de excelencia y un estímulo para el crecimiento del arte y la comunicación en la República Dominicana.