Buenos días. Las huellas del colonialismo brutal siguen presentes en los pueblos de América Latina. Convertidas en “fronteras imperiales” saqueadas, explotadas por distintos imperios de diferentes origines y épocas, nuestras tierras siguen amanzando como herencia maldita los lastres del saqueo, la pobreza, la desigualdad extrema y el entreguismo vil praticado, a lo largo del tiempo, por políticos y gobiernos sin conciencia nacional. De ahí que para nada sorprenda lo que revela la directora regional de Oxfam para América Latina y el Caribe, señora Gloria García-Parra, respecto a que la riqueza de los multimillonarios en el año 2024, creció tres veces más rápido que en 2023. En contraste, 170 millones de latinoamericanos hacen malabares para, con apenas seis dólares con 85 centavos, ganar la noche a cada día. Oxfam pone al relieve uno de los peores lastres de la irresponsabilidad de los gobernantes de América Latina y su borreguismo viceral, mientras apenas se invierte el 6 por ciento en educación, el 48 por ciento de los ingresos es destinado al pago de la deuda pública. Dónde están los beneficios de esa deuda? Estas tierras benditas, abonadas por inmensas riquezas concentradas en pocas manos y entregadas a huestes imperiales, es tan solo el paraíso soñado de 198 mil millonarios, que saquean y acaparan sin que les importe las deprimentes condiciones en que sobreviven cientos de millones de pobladores. El lacerante cuadro urge de una revisión profunda y crítica del modelo actual de democracia que padece America Latina. ¿Podrán encauzarla los líderes actuales?