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Escuelas y narco… Amaneciendo

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Buenos días. El narco exhibe habilidades extraordinarias en materia de asegurarse el abastecimiento y crecimiento sostenido de su “preciado mercado”. A fuerza de creatividad y mucha inversión, rompe barreras y se agencia la complicidad de muchos llamados a detener y combatir su despreciable negocio. En ese contexto, destaca un detalle estratégico que funge como regla de oro: asegurar temprano el futuro del mercado sumando a niños y jóvenes al consumo de drogas. Lo expuesto facilita que podamos entender por qué en las escuelas y en el entorno de estas, se ha hecho habitual la presencia de drogas, vapes, armas blancas y otras sustancias despreciables, que no se supone tengan cabida en los centros de aprendizaje. De ahí que para nada sorprenda que, con algunas semanas de diferencia, en varios recintos escolares de Santiago de los Caballeros, la Policía escolar y el Ministerio Público hayan incautado porquerías de las mencionadas a muchachos entre los 14 y 16 años de edad. Y peor aún, en ciertos entornos escolares se permite que algunas drogas inductivas lleguen a niños de seis y ocho años a través de golosinas y otros productos líquidos. De manera que, en vez de libros, alguna fruta y tareas bien preparaditas, muchos de los alumnos introducen a las escuelas sustancias y objetos que nada aportan a su formación y menos a sus proyectos de vidas. Es una realidad penosa, pero real. El interés no se centra en obtener las mejores calificaciones, ni en destacarse como estudiantes meritorios, sino en convertirse en presas conscientes de vicios que fríen como salchichón sus cerebros. ¿Qué se puede esperar si el narco tiene influencias determinantes en muchas economías mundiales y, a la vez,  cuenta con poder suficiente para seguir imponiéndose?

1 COMENTARIO

  1. Una trágica y triste verdad, un centro educativo se debería ciudar como un templo sagrado, pero bajo la mirada cómplice de quienes deberían hacerlo el mercado de la muerte es tan público como el soborno recibido para la indiferencia.

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