Embargo y niños sin leche en Cuba
Buenos días. Para asimilar el hecho de Cuba solicitara ayuda al Programa Mundial de Alimentos de la ONU, por primera vez en más de 60 años, hay que suponer la gravedad de la falta de leche para los niños de hasta siete años. En una comunicación remitida ayer al citado organismo, las autoridades cubanas exponen las dificultades que confrontan para seguir garantizando el suministro del alimento a tan vulnerable segmento de su población, razón por la que solicitan ayuda. Sin dudas tiene que ser una decisión amarga para las autoridades tratándose de un organismo internacional alineado a los intereses de los Estados Unidos. Pero al propio tiempo es un gesto valiente, responsable y que demuestra un alto sentido de compromiso y responsabilidad por parte del Gobierno de Cuba. La humanidad tiene que tener lo suficientemente claro que la carencia de leche para los niños, entre tantas otras necesidades, es una consecuencia más del aberrante y criminal bloqueo comercial que por décadas, se impone no a los Castro, sino a cerca de 12 millones de seres humanos que también son hijos de Dios. El drama de los niños cubanos ofrece la oportuna de que preguntemos, ¿Quiénes son los verdaderos verdugos del pueblo cubano?, ¿Quiénes imponen la dictadura de las carencias, necesidades y limitaciones? ¿Por qué continuar tan cruel castigo contra un pueblo a pesar del reiterado rechazo del mundo organizado? ¿Por qué no es parte del “mundo libre” donde las industrias alimentarias y farmacéuticas juegan con la vida de miles de millones de seres humanos?
