Los candidatos presidenciales estadounidenses Donald Trump y Kamala Harris están ambos “en contra de la vida” y los votantes católicos deberían elegir el “mal menor”, dijo el Papa Francisco a los periodistas el viernes.
En declaraciones a los periodistas mientras regresaba a Roma desde Singapur, el pontífice dijo que “no votar es feo” y que los fieles “deben votar”.
“Hay que elegir el mal menor”, explicó. “¿Quién es el mal menor? ¿Esa señora o ese señor? No lo sé. Tanto el que ahuyenta a los inmigrantes como el que mata a los niños, ambos están en contra de la vida”.
Si es elegido, Trump ha prometido cerrar la frontera sur de Estados Unidos y liderar “la mayor operación de deportación de la historia estadounidense”. Harris ha prometido firmar una ley que garantice el mismo acceso al aborto que en el caso Roe v. Wade, una histórica decisión de la Corte Suprema que fue revocada en 2022.
El fallo Roe contra Wade protegió el derecho de la mujer a abortar, pero en leyes posteriores se establecieron ciertas restricciones a este derecho (por ejemplo, la prohibición de abortar después del segundo trimestre del embarazo). El compañero de fórmula de Harris, Tim Walz, firmó en 2023 un proyecto de ley que permite realizar abortos hasta el momento del parto.
“Mandar a los migrantes lejos, dejarlos donde se quiera, dejarlos… es algo terrible, ahí hay maldad. Enviar a un niño lejos del seno materno es un asesinato, porque hay vida. De estas cosas debemos hablar con claridad”, dijo el Papa Francisco a los periodistas el viernes.
El pontífice se ha opuesto sistemáticamente al aborto, en consonancia con la enseñanza católica. Sin embargo, ha permitido que los sacerdotes perdonen los abortos y ha instado a los obispos a no negar la comunión a los políticos que apoyan esta práctica.
También ha adoptado una postura más liberal que sus predecesores en cuestiones relacionadas con la inmigración. Durante las elecciones presidenciales de 2016, criticó la propuesta de Trump de construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México por considerarla “poco cristiana”, y en 2019 el Vaticano donó 500.000 dólares a 75.000 migrantes centroamericanos que intentaban llegar a Estados Unidos a través de México.