Buenos días. Haití es un fracaso como Estado. Es el deprimente referente de la más aguda pobreza y miseria en el hemisferio y mucho más allá. ¡Pero los dominicanos no tenemos responsabilidad alguna sobre el particular! Por el contrario, de no ser por nosotros, Haití no figurara en el mapa desde hace décadas. Solo que su clase política y militar, los responsables y beneficiarios de su tragedia, se esfuerzan por no admitirlo y, por el contrario, inculcan odio en su pueblo contra sus vecinos, a la vez que nos presentan ante el mundo como xenófobos desalmados. Solo que los hechos confirman que nadie ha sido ni es más solidario con los haitianos que los dominicanos. Nadie es más tolerante, comprensivo y pasivo a una ocupación de ilegales como la que sufrimos, ante la que, en vez de represión y maltratos, lo que exhibimos, practicamos, es convivencia y solidaridad. Lo que se estima es que de este lado habita el 40% de la población haitiana, sin embargo, la prensa local e internacional no registra imágenes de masacres cometidas a diario en las calles por los criollos. ¡Ni siquiera de maltratos denigrantes de un dominicano hacia un haitiano, como lo que siempre denuncian sin presentar la más mínima prueba! En su vano intento de negar esa la única realidad, este martes el embajador de Haití ante la ONU, Antonio Rodrigue, nos acusó ante el Consejo de Seguridad de supuestamente cometer «violaciones de derechos fundamentales, que no son solo violaciones de derechos fundamentales, sino además contrarias a las leyes internacionales». En ese contexto, apeló a la supuesta «solidaridad internacional para poner fin a estas graves violaciones a los derechos humanos, que azuzan la tensión e impiden las relaciones pacíficas entre las dos naciones». Se le olvidó que en nuestras escuelas los niños haitianos tranquilamente ocupan 147,000 asientos, también que el 16 % de los beneficiarios del sistema criollo de salud, precisamente son haitianos. Sin dudas asistimos a una postura de corte miserable, de irresponsabilidad marcada, que no solo intenta empañar el sacrificio que hacen nuestro pueblo y pais en favor de Haití y los haitianos que copan ilegalmente nuestro territorio, sino que se ufana en desconocer el derecho que tenemos como nación para proceder contra todo extranjero que habite en estas tierras de manera ilegal. ¡Eso no se negocia!