Buenos días. Expertos revelaron el pasado fin de semana que alrededor del 80% de los motoristas que se desplazan por el país, no llevan casco protector. Cuestionados al respecto, alegaron que prefieren no usarlos porque «les genera calor» y limita que puedan cersionarse de quién viene detrás o hacia los lados mientras conducen. Las cifras se obtienen de un estudio basado en una muestra de 70 tramos importantes a lo largo y ancho de la geografía nacional. Lo expuesto solo confirma que los motoristas representan un dolor de cabeza, en cuya cura han fracasado todos los gobiernos, muy a pesar de que son una suerte de maquina productora de muertes. El deprimente cuadro se reafirma con los números del hospital Darío Conteras, de la capital dominicana, donde se atienden todos los días hasta 220 pacientes por emergencia, correspondiendo el 72% a motoristas. Y más que eso, el país registra a diario entre 6 y 7 muertes de motoristas, pero en vez de políticas sostenidas, persisten paliativos y operativos como principales esfuerzos oficiales para superar semejante desgracia. Los intentos de regulación de las motocicletas han fracasado, al grado de que las propias autoridades admiten que, de los 3 millones de motoristas existentes, apenas se ha alcanzado regular un 26.8 por ciento. El resto circula al margen de la ley y a pesar de que aportan el mayor número de muertos y accidentados, el país tiene que gastar alrededor de 200 mil millones de pesos para dar respuestas a las funestas consecuencias que ese desastre provoca a la nación. Lo doloroso de la realidad es que tan soberbio desorden crece cada vez más, mientras se insiste en «respuestas oficiales» que no provocan resultados satisfactorios y con las que, lamentablemente, se certifica la falta de acciones inteligentes, certeras y capaces que dejen atrás tan deprimente panorama.
