
Abundantes lluvias, muertes e inundaciones en la ciudad capital de República dominicana
El día de la tragedia
El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) informó que las muertes ocurrieron en diversas circunstancias, como el colapso de estructuras, inundaciones y crecidas de ríos y cañadas.
Uno de los episodios más impactantes fue el desplome de una pared lateral del paso a desnivel en la avenida 27 de Febrero con Máximo Gómez, donde nueve personas, incluida una mujer embarazada, perdieron la vida y decenas resultaron heridas.
El derrumbe ocurrió alrededor de las 4:00 p.m., causado por filtraciones en la estructura, producto de las intensas precipitaciones.
En total, el territorio recibió 431 mm de lluvia, según datos del Instituto Dominicano de Meteorología (Indomet). La directora de la entidad, Gloria Ceballos, advirtió entonces sobre la posibilidad de que fenómenos similares se repitieran, dado el impacto del cambio climático.

Daños a gran escala
Las lluvias dejaron tras de sí un panorama desolador con más de 37,000 personas desplazadas y otras 779,531 sin acceso a agua potable.
Así también, más de 7,400 viviendas dañadas, puentes, carreteras y comunidades incomunicadas, con pérdidas millonarias en el sector agrícola.
La magnitud de la tragedia llevó al Gobierno a declarar tres días de luto nacional y a anunciar una inversión de 8,000 millones de pesos para reparar los daños.
Reconstrucción del paso a desnivel
El colapso del paso a desnivel en la intersección de las avenidas 27 de Febrero y Máximo Gómez fue uno de los eventos más emblemáticos de esa jornada. El tránsito en la vía permaneció cerrado durante más de cuatro meses, mientras el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) realizaba los trabajos de reparación.
La obra fue finalmente habilitada el 27 de marzo de 2024, tras una reconstrucción que tuvo un costo aproximado de 250 millones de pesos, según informó Ángel Tejeda, viceministro de Planificación y Regulación
A un año de los fatídicos hechos, las autoridades y expertos destacan la necesidad de reforzar la infraestructura del país frente a los efectos del cambio climático. Las lluvias torrenciales del 18 de noviembre marcaron un precedente que subraya la urgencia de inversiones en mitigación y planificación urbana para evitar tragedias similares en el futuro.
El recuerdo de aquel día permanece vivo en la memoria colectiva como una lección sobre la importancia de la prevención y la preparación ante desastres naturales.