Buenos días. El presidente Abinader mostró disposición ayer de introducir modificaciones a su proyecto de Reforma Fiscal, tras reconocer que el mismo contiene propuestas que deben ser revisadas. El mandatario propuso que en los próximos días haya un diálogo tripartito que involucre a los sectores sociales, el congreso y el Gobierno, a los fines de discutir los puntos que pudieran consensuarse. La reacción llega en momento en que se calienta la temperatura social y política del país, resultado de las reacciones cada vez más diversas y fuertes de amplios sectores que advierten acerca de las consecuencias que, para los menos pudientes y la clase media, tendrá el proyecto oficial. Los cacerolazos vuelven a sonar en diferentes puntos de la nación, por igual se observan protestas de grupos comunitarias y sociales, mientras que desde la oposición política se refuerza la postura de rechazo. Leonel Fernández, principal líder opositor del país, advierte que la reforma “es un bombazo fiscal contra los que menos pueden”, “una provocación” que amerita se convoque “a un diálogo con los distintos sectores económicos y sociales de la vida nacional, para revisar la esa iniciativa fiscal y ajustarla a la realidad de República Dominicana”. Mientras, el Partido de la Liberación Dominicana sostiene que esa reforma es incesaria y el Partido Revolucionario Dominicano solicita al presidente Abinader retirarla en lo inmediato del Congreso Nacional. Lo innegable es que la oposición a la Reforma Fiscal no solo toma cuerpo sino ímpetu, lo que aconseja que, desde las esferas oficiales, se interprete con inteligencia lo que pudiera provocarse en caso de que la apertura exhibida por el presidente Abinader, no pase de ser una jugarreta política para entretener mientras el PRM aprovecha su mayoría mecánica para pasar la controversial reforma. De todos modos, conviene mantener la fe en lo expresado por Abinader.