Buenos días. En su encuentro de este lunes con la prensa el presidente Luís Abinader reveló que estudia la posibilidad de unificar y/o eliminar algunos de los Ministerios de los tantos existentes en República Dominicana. La medida, según su parecer, contribuiría a hacer más eficiente tanto al propio Gobierno como al gasto público. La identificación y cantidad de los mismos quedarán expuestas en el proyecto de reforma fiscal que, según se estima, pudiera ser dado a conocer una vez el mandatario asuma su segundo mandato constitucional el próximo 16 de agosto. El anuncio es interesante y debe asumirse con toda la entereza necesaria, justo porque en el país abundan entelequias que no solo abultan al Estado, sino que representan una suerte de úlceras que provocan inquietantes sangrados en el presupuesto nacional. La abundancia de Ministerios inoperantes e insostenibles solo ha servido para que el sistema de partidos políticos acomode a sus acólitos. ¿Cómo es posible que elefantes blancos como los Ministerios de la Mujer y de la Juventud, por solo citar dos ejemplos, sigan absorbiendo miles de millones de pesos al año y que ni siquiera puedan ostentar un mísero logro? Lo ideal sería que la promesa se concretice sin miramientos y que, además, se aproveche para impulsar otras acciones que, como las botellas y la diarrea de supuestos asesores, inciden en el bendito gasto público.
