Mojiganguiando el sábado
Por Alejandro Espinal
La guanábana (Annona muricata) tiene su origen en América Tropical, que incluye numerosos países situados bajo el trópico.
El clima tropical se caracteriza por tener temperaturas que, en promedio, no bajan de los 18 grados Celsius durante todo el año.
Esta deliciosa fruta, cultivada en América Latina y en otras regiones de clima similar, es una gran aliada de la salud humana. Su sabor dulce, ya sea al consumir la pulpa o al disfrutarla en jugo (conocido como champola), es una experiencia casi celestial.
Las propiedades medicinales de la guanábana son realmente asombrosas. Entre sus beneficios se incluyen:
Efecto antioxidante.
Hidratación efectiva.
Mejora de la digestión.
Alto contenido en fósforo, hierro y calcio.
Contiene potasio y bajo sodio, lo que ayuda a disminuir la presión arterial.
Propiedades cicatrizantes.
Esta fruta es un “todo incluido” porque sus semillas son empleadas en la industria farmacéutica y cosmética. Además, las hojas de la guanábana se utilizan como remedio natural contra la diarrea, para aliviar el dolor menstrual, y para aumentar la inmunidad del cuerpo. También ha sido valorada por su potencial en la pérdida de peso.
En un tono más jocoso, se dice que cuando alguien se cae fuertemente, se comenta: «cayó como una guanábana madura, todo desbaratado».
Hablando de clima, es interesante mencionar que Nicaragua es el país más cálido de América Latina, donde las temperaturas elevadas se mantienen durante todo el año.
+ Yo privando en poeta:
Quisiera ser un teléfono celular,
para así pasar los días en tus manos.
+ Cuentecito
En un operativo del sistema de salud para examinar trabajadoras sexuales y prevenir enfermedades de transmisión sexual, una doñita observa la larga fila y, pensando que estaban haciendo donaciones de alimentos, le pregunta a una persona que está esperando: «¿Y qué están dando aquí?»
La joven, en tono de broma, le responde: «Doñita, aquí lo que están es regalando caramelos.»
La doñita, curiosa, se mete en la fila. Cuando le toca su turno, el especialista en salud sexual se sorprende al verla y le dice: «Mi doña, ¿y usted todavía está en esto?»
A lo que la humilde e ingenua señora responde: «Bueno, yo no maco, pero chupo.»
