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¿Es lo mismo crecimiento que desarrollo económico?

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Un análisis enfocado en la República Dominicana

Autor: Daniel De Lemos

“¿Qué causa la pobreza? Nada. Es el estado original, el punto de partida por defecto. La verdadera pregunta es, ¿qué causa la prosperidad?”. Per Bylund[1]

El crecimiento económico y el desarrollo económico son términos que, aunque a menudo se utilizan de manera intercambiable, tienen significados distintos y repercusiones diferentes en la vida de las personas. Mientras que el crecimiento económico se mide principalmente a través del Producto Interno Bruto (PIB), el desarrollo económico abarca un conjunto más amplio de factores que incluyen el bienestar general de la población, la educación o la salud. Es importante no confundir estos conceptos, ya que un país puede experimentar un crecimiento económico significativo sin necesariamente alcanzar un desarrollo sostenible. El desarrollo verdadero no se logra de la noche a la mañana; es el resultado de un proceso continuo y acumulativo a través de los años.

¿Qué es el crecimiento económico y el desarrollo económico?

El crecimiento económico se refiere al aumento del valor de los bienes y servicios producidos por una economía a lo largo del tiempo, y se mide comúnmente a través del PIB. Sin embargo, este indicador no es suficiente para evaluar el bienestar de una sociedad. Un aumento en los precios de los bienes y servicios (inflación de precios) eleva artificialmente el valor del PIB, al igual que un incremento en el gasto gubernamental, que puede reflejarse en un PIB más alto sin que ello implique un verdadero avance en términos de desarrollo.

Diferencias entre crecimiento y desarrollo

Existen países que han logrado un notable crecimiento económico, pero que aún no son considerados desarrollados. Esto se debe en gran parte a que el crecimiento, sin una visión a largo plazo y sin la construcción de bases sólidas para el desarrollo, puede ser efímero. Ejemplos de esto incluyen a economías como China, India y Brasil, que muestran cifras impresionantes de crecimiento del PIB, pero que enfrentan desafíos en áreas como la salud, la educación y el estado de derecho. Por ejemplo, a pesar de que China ha tenido un crecimiento promedio del PIB de alrededor del 6% anual en la última década[2], su Índice de Desarrollo Humano (IDH) aún no alcanza los niveles de países desarrollados. De manera similar, India ha experimentado un notable crecimiento del PIB per cápita en los últimos 20 años, con un promedio anual del 5%[3], pero aún enfrenta diversos problemas estructurales que le impiden una mayor creación de riqueza. Estos países han visto cómo sus economías crecen rápidamente, pero aún luchan por mejorar la calidad de vida de toda su población.

Por otro lado, Hong Kong o Singapur, lugares que en algún momento fueron descritos como una roca estéril[4] o un pantano[5]. Han alcanzado altos niveles de desarrollo económico. Esto no fue un accidente, sino el resultado de políticas acertadas y un compromiso a largo plazo con el desarrollo.

En la década de los sesenta, el PIB de estas dos naciones y el de la República Dominicana estaban en niveles cercanos; de hecho, el PIB de la República Dominicana llegó a ser superior al de Singapur. Sin embargo, como se observa en la gráfica, la situación ha cambiado drásticamente. Mientras que Singapur y Hong Kong han avanzado considerablemente en términos de desarrollo, la República Dominicana, en términos comparativos, se ha quedado rezagada.

El rol del gobierno en el desarrollo económico

Una de las principales responsabilidades del gobierno es crear un entorno que fomente el desarrollo económico. Esto implica no solo políticas que impulsen el crecimiento inmediato, sino también aquellas que consideren el impacto a futuro. Sin embargo, en muchos casos, se ha asumido que el desarrollo solo es posible incrementando el gasto público. Este enfoque lleva a los gobiernos a gastar más y, en consecuencia, a extraer cada vez más recursos de la economía para cubrir ese gasto. En este proceso, el gobierno pasa de ser un administrador de los recursos que los individuos están dispuestos a proporcionarle a convertirse en un ente que extrae los recursos que considera necesarios.

Países como Singapur e Irlanda han demostrado que no es necesario un gasto público elevado para lograr altos niveles de desarrollo medido por variables como el pib per cápita, el índice de desarrollo humano o la esperanza de vida. En la siguiente tabla se observa que estos países, a pesar de tener menor gasto público, han alcanzado o superado a naciones como Suecia y Alemania en términos de desarrollo.

Factores que explican el desarrollo económico

“Aquellos que luchan por la libre empresa y por la libre competencia no defienden los intereses de aquellos que son ricos hoy. Ellos quieren que se deje libertad a hombres desconocidos que serán los emprendedores del mañana”.

Ludwig von Mises[6]

La pobreza es el estado natural de la humanidad, el punto de partida desde el cual las sociedades deben elevarse. Lo verdaderamente notable no es la existencia de la pobreza, sino la creación de prosperidad y riqueza. El progreso económico se logra cuando las instituciones permiten a las personas superar su condición inicial a través del trabajo, la innovación y el intercambio voluntario. Por lo tanto, la pregunta esencial no es por qué existe la pobreza, sino qué genera la prosperidad.

El papel del emprendedor es central en el proceso de desarrollo económico, ya que son los emprendedores quienes impulsan la innovación y la creación de nuevas oportunidades en el mercado. Ellos identifican y explotan oportunidades donde otros no las ven, transformando recursos y conocimientos en productos y servicios que satisfacen las necesidades de la sociedad[7]. Desde figuras como Steve Jobs, quien con Apple revolucionó la tecnología y nuestras vidas cotidianas, hasta el colmadero de la esquina que nos provee de bienes esenciales, los emprendedores generan un impacto positivo que mejora la calidad de vida de las personas. Este proceso no solo genera empleo y crecimiento, sino que también impulsa la eficiencia y la adaptación en un entorno económico en constante cambio. Sin la energía y visión de los emprendedores, el desarrollo económico se estancaría, ya que son ellos quienes continuamente desafían el statu quo y promueven la prosperidad[8].

El desarrollo económico no depende del gasto público, sino de un conjunto de factores que crean un entorno propicio para la prosperidad. Un entorno favorable para los negocios es fundamental; las reglas del juego deben ser justas, claras y estables; y generando confianza en que no serán cambiadas arbitrariamente, lo que incentiva la inversión y el emprendimiento. El ahorro y la inversión también juegan un papel crucial, ya que el ahorro es esencial para expandir la capacidad productiva de una economía[9]. No obstante, en República Dominicana, gran parte del ahorro se canaliza hacia instrumentos del estado[10], lo que puede limitar su impacto. De hecho, la ley de seguridad social 87-01, fue creada con la intención de que los ahorros fueran destinados a actividades productivas[11], sin embargo, están destinadas a financiar los déficits del estado.

Como se puede observar en la tabla a continuación, que presenta la posición de varios países desarrollados en distintos índices como libertad económica, derechos de propiedad, entre otros, es evidente que un sólido estado de derecho, un mayor respeto por la propiedad privada y un entorno favorable para la inversión y la creación de negocios son características comunes. Estas condiciones permiten a los individuos generar riqueza de manera más eficiente. Los países con altos ingresos, clasificados como desarrollados, muestran consistentemente un mejor desempeño en comparación con aquellos que aún están en desarrollo, como es el caso de la República Dominicana.

Siendo más específicos, los datos evidencian que los países que exhiben un mejor imperio de la ley medido a través del índice del imperio de la ley son los que tienen más altos ingresos, ya que este marco legal proporciona estabilidad y confianza para la inversión y la creación de riqueza.

Estos factores nos ayudan a entender por qué algunos países logran traducir el crecimiento económico en desarrollo mientras que otros se estancan. La riqueza no es algo que se da por hecho; debe ser creada por los individuos en un entorno que lo permita. Los gobiernos e instituciones deben servir como un marco que facilite la creación de riqueza, en lugar de imponer obstáculos y distorsiones.

Consideraciones finales

Aunque República Dominicana ha experimentado un crecimiento económico notable[12], este crecimiento debe ser de mayor calidad, lo que significa que debe traducirse en un desarrollo económico que beneficie a todos los sectores de la población. Para ello, el país debe llevar a cabo transformaciones profundas que fomenten un entorno propicio para que los individuos puedan desarrollar sus proyectos de vida. En los años 90, la República Dominicana implementó reformas significativas orientadas a este objetivo, como se muestra en la tabla de reformas:

Para que la República Dominicana logre un desarrollo económico sostenible, es esencial que deje atrás soluciones temporales y aborde las raíces estructurales de sus desafíos económicos. El país posee un gran potencial, pero para materializarlo, es imperativo implementar reformas profundas que fortalezcan el entorno institucional y económico.

[1] Bylund, P. [@PerBylund]. (2015, 14 de noviembre). Publicación en X. https://x.com/PerBylund/status/665900726388785153.

[2] Banco Mundial. (2023). Producto Interno Bruto (PIB). https://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GDP.MKTP.CD.

[3] Banco Mundial. (2023). Crecimiento del PIB per cápita (anual %). https://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GDP.PCAP.KD.ZG.

[4] Lord Palmerston, quien en ese entonces era el Secretario de Relaciones Exteriores en Londres, declaró famosamente que Hong Kong era: “Una roca estéril sin una sola casa. Nunca será un centro de comercio.”

[5] Primer Ministro fundador de Singapur, Lee Kuan Yew, dijo: “Hace más de 100 años, esto era un lodazal, un pantano. Hoy, esto es una ciudad moderna. Dentro de diez años, esto será una metrópolis. No teman.”

[6] Mises, L. von. (2011). La acción humana (10.ª ed., p. 100). Unión Editorial.

[7] Mises, L. von. (2011). La acción humana (10.ª ed., p. 303, 310). Unión Editorial.

[8] Kirzner, I. (1998). Competencia y empresarialidad (2.ª ed., pp. 29-32). Unión Editorial.

[9] Rothbard, M. (2011). El hombre, la economía y el estado (p. 56). Unión Editorial.

[10] De acuerdo con datos de la Superintendencia de Pensiones de la República Dominicana (SIPEN), para julio de 2024, un 71.6% de la cartera de las cuentas de capitalización individual estaba colocado en instrumentos del estado.

[11] Artículo 96 de la Ley No. 87-01 que crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social.

[12] Banco Mundial. (2024). República Dominicana: Panorama generalhttps://www.bancomundial.org/es/country/dominicanrepublic/overview#:~:text=Durante%20las%20dos%20%C3%BAltimas%20d%C3%A9cadas,que%20apoyaron%20el%20crecim

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