Buenos días. Parece inevitable que República Dominicana sea impactada por el poderoso huracán Beryl, principalmente en su región sur, luego de que azotara con fuerza y provocara severos daños en la isla de Granada. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos califica el fenómeno como «potencialmente catastrófico” por el hecho de que se mueve con vientos máximos sostenidos de 270 kilómetros por hora y ya alcanzó la categoría 5. Las autoridades trabajan en la prevención de posibles consecuencias y en labores de persuasión, no solo a los sureños sino a todos los dominicanos con la finalidad de evitar consecuencias mayores. Siempre que nos colocamos en la trayectoria de estos eventos naturales crecen los temores debido a la condición de vulnerabilidad, lamentablemente eternas, en que viven cientos de miles de familias en orillas de cañadas, en barrancos, en arroyos y ríos, que en situaciones como la prevista suelen alimentarse con fuertes corrientes de agua y por consecuencias provocar daños materiales y humanos. De ahí la necesidad de que impere la calma, que los que están en alto peligro se acojan a tiempo a las medidas de prevención y que las acciones oficiales sean previsoras, confiables y al extremo eficaces. Ojalá que todo transcurra sin consecuencias que lamentar!
