
Por Hilario Ramirez
Siempre se ha reiterado la resistencia al cambio.
El cambio de paradigmas sociales enfocados en valores deontológicoE, será siempre un trago amargo para ese segmento de grandes poblaciones culturalizados en hábitos del desenfreno en sexo, drogas e intercambio de favores por favores dentro del delito común y crímenes de redes organizados.
Ahí radica la grandeza de Donald Trump.
Independientemente del método equivocado para regular el estatus migratorio en EEUU.
La verdadera fortaleza y constructo psicológico envuelto en las interpretaciones de gobernar que intenta implementar, es aquella guiada por la disciplina de respeto a la naturaleza humana hombre/mujer.
Y nunca variar en ideología esa base científica de la biología humana.
Además de ese aspecto anatómico también debe complementarse con la filosofía de vida moldeada en buenas costumbres y valores que edifique una estructura sociológica de la convivencia con pudor.
El vestuario mejor diseñado y confeccionado para una familia, es aquel hilvanado en un patrón de inmaculado pudor.
Los valores familiares son y serán siempre lo más estético y hermoso en la búsqueda constante de construir bienestar y calidad de vida.
Un cuerpo bien alimentado con todos los nutrientes alimentario, pero sin una normativa social que lo sitúe en ente de valores hacia una imagen culta, se reducirá a un simple cerdo de granja.