Buenos días. Roberto Santana insiste en sus fallidos propósitos de redimir el viejo y desacreditado modelo penitenciario de República Dominicana. Ahora, desde sus funciones como director de la Oficina Nacional de Apoyo a la Reforma Penitenciaria, anuncia que en las 25 nuevas cárceles que el Gobierno tiene en agenda construir, no habrá policías ni militares sino un cuerpo civil compuesto por profesionales y técnicos. Mientras tanto, según precisa, a los 400 policías y militares que se reclutan en la actualidad, se les dará “una inducción teórica y práctica” para que manejen las cárceles tradicionales. Hay que rogar porque las buenas intenciones del otrora líder estudiantil y decenas de veces encarcelado por Balaguer, esta vez marchen por la ruta apropiada para que podamos cosechar nuevos y diferentes frutos. Roberto Santana ha denunciado más de una vez los niveles de podredumbre que habitan en las cárceles y puesto al oído de la sociedad, detalles escalofriantes de la estructura y operatividad de esa situación degradación. Una de sus más recientes y sonantes denuncias reveló que el administrador de La Victoria, se carga 7 millones de pesos semanales aportados por el narcotráfico y las mafias que controlan ese centro penitenciario. La permisividad es tan afrentosa, que la mafia interna controla los negocios, las llamadas telefónicas y las cámaras de vigilancia interna. En definitiva, Roberto Santana sabe lo que tiene entre mano y eso da la seguridad de que hará lo que se tiene que hacer para superar semejante vergüenza. Lo que no puede permitirse es asumir que la fiebre está en la sábana.
