Inicio Nacionales «Poneos de pie ahijados queridos…»

«Poneos de pie ahijados queridos…»

174
0
El Padrino Don Ramón de Luna se dirige a sus ahijados.
Spread the love

Don Ramón de Luna fue el laureado periodista que los gremios de la comunicación de Santiago de los Caballeros, escogieron como Padrino del exitoso V Festival Deportivo y Recreativo de la Comunicación, masivamente celebrado el domingo 21 de julio en distinción a los Padres periodistas y de la comunicacion en sentido general.

La grata escogencia ofreció la oportunidad para que una concurrencia superior a las 200 personas, escuchara el mensaje especial del Padrino, quien tomó en serio  a sus ahijados y compartió con estos una interesante exposición acerca de ese otrora personaje que tenía tanto  arraigo en las costumbres de los  dominicanos.

En su exquisita narrativa acerca del significado y peso social de la figura del Padrino, Don Ramón recordaba que: «El niño se encontraba frente a frente a su padrino, se santiguaba dos y tres veces, y puesto de rodillas le decía presuroso: «la bendición padrino» y le besaba una de las manos, a lo mejor sucia porque antes bregaba con la vaca de ordeño.

«Dígame ahijao, cómo está el compadre Doroteo y la comai Fredebinda, pue tengo mucho que no me topo con ello….»

Para disfrute de nuestros lectores, compartimos el texto completo que a sus ahijados reunidos en el Club Recreativo de los Periodistas de Santiago, ley era Don Ramón de Luna.

«Un encuentro inolvidable

Viéndome parado aquí, me preguntaba qué le diría a tanta gente joven, muchos con igual o mayor experiencia y a santo de qué este padrinazgo, quién lo decidió y por qué yo.

Es cierto que en los tiempos modernos cualquiera hace de padrino, pero de padrino como los de antes no, pues los criterios eran hasta santos. El niño se encontraba frente a frente a su padrino, se santiguaba dos y tres veces, y puesto de rodillas le decía presuroso: «la bendición padrino» y le besaba una de las manos, a lo mejor sucia porque antes bregaba con la vaca de ordeño.

«Dígame ahijao, cómo está el compadre Doroteo y la comai Fredebinda, pue tengo mucho que no me topo con ello….»

«To ello etán de lo mejoi. Yo soy ey que siempre pregunta pueuté El padrino le tira una moneda de la de entonces y el muchacho la atrapa al instante.

Lo de padrino de antes era cosa sagrada, es más, el compadre se moría y no duden ustedes que el padrino y la viuda comadre llegaran a entenderse. Antes, en los campos dominicanos estas historias siempre se contaban. Y los hombres admiraban al padrote de to/lo muchacho del lugar.

Regularmente era el dueño de la bodega que allí había, tenía un fotingo de carro que había que estarlo empujando cuando se atascaba en los barrizales después de haber llovido.

La admiración de los hombres de aquel paraje era porque Don Doroteo era el pai de unos 40 muchachos en la región.

Me contaba un abuelo que en aquellos tiempos la mujer campesina se trataba como a los trapos de la cocina. Muchos de los dones del pueblo dueños de cierta fortuna iban periódicamente a los campos » a comprar muchachitas por unos cuantos pesos.» Eran otros tiempos cuando la mujer no se encontraba en el sitial en que hoy se halla; que sabe del valor que ella representa en la sociedad de hoy. Hoy es distinto, la mujer, sin importar si es del campo o la ciudad, ha sabido valorizarse, estudia y se prepara y hoy compite con los hombres en las grandes empresas porque ha sabido buscar el status al cual ella pertenece.

Hoy, el Club Recreativo de los Periodistas, la Fundación Periodismo en Reflexión, la Asociación de Locutores de Santiago, el Colegio Dominicano de Periodistas, Seccional Santiago, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, la Asociación de Prensa Turística, la Asociación de Cronistas de Artes, la Asociación de Comunicadores Cristianos y la Asociación de Cronistas Deportivos de Santiago, se unen para celebrar el Día de los Padres en el Quinto Festival Deportivo y Recreativo de la Comunicación y ofrecerme la alta distinción y el honor de designarme como Padrino de tan relevante evento.

Alguien llegó a decir que “esperar lo inesperado era señal de un espíritu moderno” y es que este reencuentro despeja las incertidumbres a que muchos estaban abrazados y desearon y quisieron que otros también lo estuvieran. Eran ignorantes de la hermandad y la amistad, porque muchas veces la persona más fácil de ignorar es uno mismo, pero el tiempo es un excelente médico de nuestras pasiones, púes así como la tempestad llega brutal y destructora, al final los vientos amainan y regresa la calma. Muchas veces siento el acoso de los homenajes y me siento abrumado, pero en los soliloquios que a veces sostengo en mis momentos de soledad, llego a la conclusión que hay que ser agradecido, pues alguien piensa en usted y sus valores.

Es una forma, según pienso, de reconocerle a gente como yo de una avanzada edad, méritos que tal vez antes no se reconocían, pero hoy se aquilatan como premio final al trabajo desarrollado, siempre y cuando se haya hecho con respeto y un alto reconocimiento a los puros sentimientos que usted haya podido transmitirle, no solo a los suyos, sino también a los de su pueblo.

Poneos de pie ahijados queridos y pedirme todos la bendición…!

¡Que Dios los bendiga y los libre de todo mal!».

 

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí