Hoy presentamos a los asíduos lectores de «miércoles de poesía» un hermoso poema tomado de la Web. Como es anómino, nos limitamos a servirlo a sabiendas de que será de agrado disfrutarlo por ser una bella pieza literaria.
El sol de oriente es el amor del mundo,
pero tú, mi amor, eres el sol mío,
tu luz ilumina mi vida entera,
con cada rayo, en mi pecho brillas y ardes.
En cada amanecer te siento cercana,
como el astro rey que todo lo abraza,
eres el resplandor que rompe la oscuridad,
mi guía en la noche más densa, mi paz y mi calma.
Tus ojos, luceros que encienden mi alma,
tu risa, melodía que alegra mis días,
cada palabra tuya, un verso de amor,
cada caricia, una promesa de eternidad.
El mundo puede girar y cambiar sus colores,
pueden los días volverse grises y fríos,
pero tú, mi sol, permaneces constante,
mi amor eterno, mi refugio, mi hogar.
Eres el sol que nunca se oculta,
que en mi corazón siempre brilla,
la fuerza que me impulsa a seguir,
la razón por la que cada día sonrío.
Dame un poema extenso, amor mío,
donde cada letra lleve tu esencia,
donde cada línea cante tu nombre,
y en cada estrofa se sienta tu presencia.
Porque aunque el sol de oriente ilumine el mundo,
tú, mi amor, eres el sol que ilumina mi vida,
mi faro en la tormenta, mi razón de ser,
mi amor eterno, mi sol, mi luz divina.
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Coordinación: Mario Crescencio Bulduan
