Mojiganguiando el sábado

Por Alejandro Espinal F.
En las últimas dos entregas hemos hablado de los atractivos que hacen que la ciudad de New York sea considerada —aunque sin título oficial— como la Capital del Mundo.
Hoy mencionamos otras ciudades del planeta que también se han ganado, de manera simbólica, el título de capitales por su cultura, religión, comercio, productos, industria o turismo.
Ciudades con sobrenombres
Miami (EE. UU.) – La Capital de Latinoamérica
París (Francia) – La Capital de la Moda
Roma (Italia) – La Capital de la Cristiandad
Los Ángeles (EE. UU.) – La Capital del Cine
Las Vegas (EE. UU.) – La Capital del Entretenimiento
Tokio (Japón) – La Capital Tecnológica
Buenos Aires (Argentina) – La Capital del Tango
Río de Janeiro (Brasil) – La Capital del Carnaval
Nashville (EE. UU.) – La Capital de la Música Country
Chicago (EE. UU.) – La Capital del Jazz y el Blues
Dubái (Emiratos Árabes Unidos) – La Capital del Lujo
Bruselas (Bélgica) – La Capital de Europa (sede de la Unión Europea y la OTAN)
Tamboril (Rep. Dominicana) – La Capital Mundial del Cigarro
En el Nuevo Mundo:
Santo Domingo (República Dominicana)
Donde todo comenzó.
Capital Primada de América.
Primera capital del continente (fundada en 1496 a orillas del río Ozama y reubicada en 1502).
Primera catedral (la Catedral Primada de América).
Primera universidad (1538).
Primera misa celebrada.
Primer virreinato de Indias (con Cristóbal Colón y luego su hijo Diego).
Primera audiencia y tribunal (1511).
Primer hospital, San Nicolás de Bari (1503–1508).
Primera fortaleza permanente, la Fortaleza Ozama (1502–1508).
Santo Domingo, orgullo de América, sigue siendo el punto donde la historia del Nuevo Mundo echó raíces.
Para no perder el sabor:
El que come en paila, el día de su matrimonio lo pasa lloviendo.
Si alguien te dice “ratón”, te está insultando al compararte con ese asqueroso roedor. Pero si además te llama “ratón de iglesia” o “ratón de ferretería”, te desprecia doblemente, porque en esos lugares no hay mucho que comer.
Cuentecito:
Una doncella con aspiraciones de casarse y tener hijos no pudo lograrlo, aunque se casó tres veces. En las tres, quedó virgen.
Primero se casó con un locutor. La noche de bodas, mientras ella esperaba un final feliz, él se pasó la noche con el puño derecho cerca de la boca, diciendo:
“Uno, dos, tres…
probando. Buenas
noches, damas y caballeros.”
Desilusionada, se divorció.
Después se casó con un pintor, que se la pasaba “pintando pajaritos en el aire” y nada de nada. Otro divorcio.
Finalmente, se casó con un político… y ya se sabe: en campaña prometen mucho, pero cuando llegan arriba no hacen nada.
Así que la doncella quedó nuevecita de caja.