Buenos días. No hay que oponerse de manera radical a una posible Reforma Fiscal. Si el Gobierno entiende que es necesaria y beneficiosa para los dominicanos, entonces debe contar con la receptividad suficiente para ser sometida a un gran escrutinio social y político. A lo que sí debe oponerse la mayoría de los dominicanos es a un modelo de reforma basado en parches con el solo fin recaudatorio. Una reforma que perjudique más de lo que están los grandes contingentes criollos, resultaría a todas luces injusta, definitivamente inhumana y por consiguiente, meritoria del más alto nivel de rechazo. No puede ser un procedimiento que elija como fuente de sustentación, ingresos exprimidos al gran pueblo, a la clase media y media baja, a la gente de a pies. Las autoridades tienen a su merced un amplio abanico de alternativas para captar ingresos frescos mediante gravámenes selectivos, señalados entre estos la elevada evasión fiscal del ITBIS y el Impuesto sobre la Renta, las suntuosas propiedades, el corte de exenciones innecesarias y la suspensión de los privilegios irritantes de que gozan legisladores, funcionarios y otros… Sobre esas bases podemos todos proclamar la bienvenida a una Reforma Fiscal.
