Mojiganguiando el sábado…
Por Alejandro Espinal
¿Alguna vez has escuchado un merengue con un grupo típico, con Wilfrido Vargas u otra orquesta de merengue interpretando la conocida pieza merenguera «El Jarro Pichao»?
Si la respuesta es afirmativa o negativa, póngale mucha atención a su letra que reproducimos a continuación:
Que yo me iba pa La Vega
Y pasé por Bonao
Que yo me iba pa La Vega
Y pasé por Bonao
Que a mí me dieron agua
En un jarro pichao
Que a mí me dieron agua
En un jarro pichao
Pero que dicen las mujeres
Que eso no puede ser
Pero que dicen las mujeres
Que eso no puede ser
Ay que un jarrito tan bonito
Tapado con copey
Oh oye que un jarrito nuevecito
Tapado con copey
Pichao, pichao, mamá
El jarro está pichao
Pichao, pichao, mamá
El jarro está pichao
El Jarro Pichao
El autor es desconocido por una razón muy poderosa: su seguridad personal.
En los años 50 fue un éxito en pleno esplendor del gobierno de Trujillo.
En esa época de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina, su hermano el general José Arismendy Trujillo, mejor conocido como Petán, se había establecido como si fuera un feudo en el municipio de Bonao, donde había inaugurado la emisora de nombre La Voz del Yuna, la que luego fue trasladada a Santo Domingo y denominada La Voz Dominicana.
Petán tenía como pasatiempo captar a jóvenes vírgenes y elegantes de la llamada Villa de las Hortensias, como también se identifica a Bonao, para abusar sexualmente de ellas.
El controvertido personaje de la Era del Generalísimo Trujillo, (su hermano Petán), también tenía servidores dedicados a reclutar doncellas hermosas para servírselas. Y ay de aquel padre que se negara a ceder su hija a estos malvados dueños del mal.
Es por eso que el compositor se las ingenió para hacer la denuncia con algo jocoso donde dejaba entrever que ya muchas jovencitas no eran vírgenes.
Estos son algunos de los desmanes que siempre comenten las dictaduras en todo el mundo.
Frase del Prof. Juan Bosch
«El que no sabe para dónde va ya llegó».
Del refranero popular
«Barriga jarta corazón contento»
Cuentecito incomprensible diría Bienvenido
Cuentan: Que un equipo de béisbol aficionado de Licey al Medio, recibió a uno similar de otro pueblo para un doble juego, es decir mañana y tarde.
En la noche, el padre de uno de los jugadores le pregunta: «¿Pero bueno, quién ganó?». El pelotero le contesta: «Ellos ganaron en la mañana y nosotros perdimos en la tarde».
