El reciente triunfo de Marileidy Paulino en la pista internacional no es solo una victoria personal, sino un símbolo de resistencia en un país donde el apoyo estatal al desarrollo deportivo es paupérrimo. Paulino, oriunda de Nizao, una pequeña comunidad de la provincia Peravia, ha logrado inscribir su nombre entre los grandes de la historia del atletismo mundial, a pesar de las adversidades que enfrentan los deportistas dominicanos debido a la negligencia del Estado.
El Desamparo Estatal en Cifras
La República Dominicana destina apenas un 0.2% de su Producto Interno Bruto (PIB) al deporte, un porcentaje que no refleja la riqueza de talento que posee el país. En comparación, naciones como Cuba, a pesar de tener una economía más pequeña, invierten hasta un 3% de su PIB en el desarrollo deportivo. La falta de instalaciones adecuadas, la escasez de programas de apoyo a los atletas y el reducido acceso a recursos tecnológicos y científicos para la optimización del rendimiento, son solo algunas de las carencias que enfrentan los deportistas en su preparación.
En 2023, el presupuesto asignado al Ministerio de Deportes y Recreación fue de RD$2,500 millones, una cifra insuficiente para cubrir las necesidades básicas de las múltiples disciplinas deportivas. En contraste, solo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Estados Unidos invirtió alrededor de 4.37 mil millones de dólares en sus atletas, un abismo de diferencia que revela las prioridades en el desarrollo de talento.
Marileidy Paulino: Más que una Medalla, un Ejemplo de Resiliencia
Marileidy Paulino, a pesar de provenir de un contexto humilde, donde el acceso a instalaciones deportivas era casi inexistente, logró convertirse en una de las atletas más destacadas del atletismo mundial. Desde temprana edad, Paulino mostró un talento excepcional, pero tuvo que enfrentarse a innumerables desafíos, desde la falta de apoyo económico hasta la escasez de entrenadores capacitados en su localidad.
Su historia es una de sacrificio y perseverancia. Entrenando en pistas improvisadas y sin los recursos necesarios, Paulino superó cada obstáculo con determinación. A pesar de que el Estado dominicano poco o nada hizo por apoyarla en sus inicios, su talento y esfuerzo la llevaron a obtener medallas en competencias internacionales, incluyendo la presea de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y su reciente triunfo en la Liga de Diamante.
Otros Héroes Olvidados
El caso de Marileidy no es aislado. Otros atletas dominicanos han brillado en la escena internacional a pesar de la falta de respaldo estatal. Félix Sánchez, quien ganó dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Londres 2012 en los 400 metros con vallas, también sufrió la indiferencia de las autoridades deportivas dominicanas. Su éxito fue resultado de su entrenamiento en Estados Unidos, donde encontró las condiciones necesarias para desarrollar su potencial.
Lo mismo ocurre con Gabriel Mercedes, medallista olímpico en taekwondo, y Beatriz Pirón, destacada pesista, quienes lograron poner en alto el nombre del país, pero tuvieron que recurrir a fuentes de financiamiento alternativas, muchas veces dependientes de la buena voluntad de patrocinadores privados y de sacrificios personales.
Las Vicisitudes del Deportista Dominicano
Los prospectos deportivos en la República Dominicana enfrentan un camino lleno de obstáculos. Desde la falta de acceso a una nutrición adecuada, pasando por la carencia de entrenadores especializados, hasta la necesidad de buscar empleo para sostenerse económicamente mientras entrenan. Los atletas muchas veces deben recurrir a improvisaciones y al ingenio para suplir la falta de recursos. Esta situación no solo afecta su rendimiento, sino que también limita su proyección internacional.
Además, una vez alcanzan el éxito, muchos políticos intentan aprovecharse de sus logros para ganar popularidad. Es común ver cómo figuras públicas, que jamás brindaron apoyo en los momentos críticos, aparecen en primera fila para fotografiarse con los campeones, adjudicándose méritos que no les corresponden. Esta práctica oportunista desvirtúa el sacrificio de los atletas y desnuda la hipocresía de un sistema que solo reconoce a sus héroes cuando les conviene.
Un Llamado a la Acción
El éxito de Marileidy Paulino y otros atletas dominicanos debería ser un llamado de atención para las autoridades. Es imperativo que el Estado asuma su responsabilidad en el desarrollo del deporte, proporcionando los recursos necesarios para que los talentos emergentes no dependan únicamente de su determinación personal para alcanzar el éxito.
Invertir en deporte es invertir en la juventud, en la salud y en el futuro de la nación. Los logros de nuestros atletas deberían ser motivo de orgullo nacional y un incentivo para transformar las políticas públicas en esta área. El Estado debe dejar de ser un espectador y convertirse en un verdadero aliado del deporte dominicano, para que el triunfo de Marileidy Paulino no sea la excepción, sino la regla en un país que tiene todo el potencial para brillar en el escenario mundial.
