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Jacaranda… Mojiganguiando el sábado

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Mogiganguiando el sábado.
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Mojiganguiando el sábado

Alejandro Espinal

Por Alejandro Espinal F.

Cuando se transita por la autopista Duarte rumbo a Santo Domingo, la capital dominicana, o en vía contraria hacia el Cibao, especialmente en el trayecto a la ciudad de Bonao, es imposible no encontrarse con el popular parador conocido como Jacaranda.

Muchos se preguntan a qué se debe ese nombre, ya que no parece tan común dentro de nuestro folclor cotidiano. Pues “jacaranda” es, en realidad, el nombre de un hermoso árbol presente no solo en la República Dominicana, sino en numerosos países del mundo. Su nombre científico es Jacaranda mimosifolia y es originario de Sudamérica, especialmente de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Este árbol es famoso por sus flores de tonos violetas o azulados, con forma de trompeta, que suelen cubrir sus ramas formando verdaderas alfombras naturales cuando caen al suelo. Además, su copa frondosa ofrece una sombra generosa, ideal para combatir el calor del trópico.

En algunas culturas, el jacaranda simboliza la llegada de la primavera, mientras que en otras se asocia con el inicio del verano, representando renovación, esperanza y belleza efímera.

Dentro de la medicina tradicional se utilizan ciertas partes del árbol como remedios caseros para aliviar dolores y como antiinflamatorio. Sin embargo, estos usos carecen de respaldo clínico, correspondiendo más a prácticas populares transmitidas de generación en generación.

En la República Dominicana se puede encontrar el jacaranda en zonas de clima fresco como Jarabacoa y Constanza, así como en la Loma Isabel de Torres, en Puerto Plata. En Santo Domingo se exhibe en espacios emblemáticos como el Jardín Botánico Nacional, los jardines del Teatro Nacional y el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, entre otros lugares.

Y es precisamente en ese ambiente urbano donde, inevitablemente, afloran la memoria y la nostalgia de aquellos comerciales radiales que se grabaron en la mente colectiva del dominicano:

— Yo estoy como un torito tomando leche Rica.
— Yo quiero un traguito de Bermúdez.
— ¿Y los cuartos dónde están? El nació en el City Bank.
— Ve a Plaza Lama pa’ que afinques tú también.
— No me caliente el tomate (Cuquín).

Cuentecito

Un señor muy gordo corre todos los días en el Centro Olímpico. Los que realizan la rutina junto a él no ven ningún resultado en su peso y, extrañados, le preguntan:

— Oye, tú corres todos los días… ¿y no rebajas?

A lo que él responde sin titubear:

— No, es que yo no corro para rebajar…
yo corro para poder comer más.