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Buenos días. Desde el gobierno de Horacio Vásquez, 1924-1930, hasta nuestros días, se han sucedido diferentes anuncios acerca del rescate del río Yaque del Norte, que involucran a instancias oficiales y organismos privados, pero los resultados pueden catalogarse como pírricos. En 1926 ya se advertía de los “graves daños” hechos al rio y en 1995, Joaquín Balaguer emitió el decreto 175-95 que declara el 25 de julio “Día del Yaque del Norte” y en el que se llama la atención de la merma y degradación de sus aguas. Se recuerdan otros anuncios y planes con asistencias técnicas y financieras de organismos internacionales, tampoco sin avances importantes, y en honor a la verdad, una de las iniciativas que parecía más aterrizada y completa fue la acogida por el ex presidente Danilo Medina quien, a través del decreto 57-18, declaró de “prioridad nacional la rehabilitación, saneamiento, preservación y uso sostenible del Río Yaque del Norte”, creando una Comisión Presidencial para el Ordenamiento y Manejo de su cuenca con un presupuesto de 664 millones de pesos. Ahí se concentraban 50 acciones específicas para afrontar en un año las causas y efectos de los problemas que afectan la Cuenca del importante río. Las entidades públicas y privadas presentaron al presidente Abinader dicho plan, tras ser electo y luego de asumir sus funciones, además de que los exministros de Medio Ambiente Jorge Mera y Ceara Hatton, en visitas hechas a Santiago, reiteraron el compromiso de rescatar al más importante de los ríos del país. Cada plan, cada anuncio, cada estudio, cada levantamiento, identifica, recomienda, enumera las soluciones para encarar y resolver cada uno de los factores que dañan al Yaque, pero nada camina ni avanza como tiene que ser. En medio del complejo panorama, subyace el hecho de que sigue prevaleciendo el desorden, la falta de criterios y la ausencia de coordinación entre los actores públicos y privados que operan en la cuenca del Yaque. Y lo peor es que cada quien tiene un plan, actúa bajo sus propios criterios e intereses, lo que fomenta la duplicidad de esfuerzos y la dispersión. El cuadro empeora con la ausencia de una instancia rectora que indique el camino y de la cual emanen las acciones que deben desarrollarse en armonía y consenso. De ahí que genere expectativas el anuncio del alcalde Ulises Rodríguez acerca de un nuevo plan en favor del Yaque. Habrá que esperar y confiar en que esta vez las cosas funcionarán. Eso nos hará estar en atención…








