Especial de poesías a Mamá. Poema: «A mi madre»

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Semana especial de Poesía

Poema: A mi madre
Autor: Manuel Gutiérrez Nájera
(Manuel Gutiérrez Nájera nació en ciudad de México en el año 1859. Fue escritor, periodista y poeta. Se le considera el dios del modernismo literario en México.  Aunque cultivó ampliamente la literatura hispana, tuvo mucha influencia de la literatura francesa. A Manuel Gutiérrez Nájera se le define como » especie de sonrisa del alma» por la gracia sutil de su estilo, elegante, delicado y con ternura de sentimientos. Murió en ciudad de México en el año 1895).
¡Madre, madre, si supieras
cuántas sombras de tristeza
Tengo aquí!
Si me oyeras, y si vieras
Esta lucha que ya empieza
Para mí
Tú me has dicho que al que llora
Dios más ama; que es sublime
Consolar:
Ven entonces, madre y ora;
Si la fe siempre redime,
Ven a orar
De tus hijos el que menos
Tu cariño merecía
Soy quizás;
Pero al ver cual sufro y peno
Has de amarme, madre mía
Mucho más.
¡Te amo tanto! Con tus manos
Quiero a veces estas sienes
Apretar
Ya no quiero sueños vanos:
Ven ¡oh, madre! que si vienes
Vuelvo a amar
Solo, madre, tu cariño,
Nunca, nunca, se ha apagado
para mí.
Yo te amaba desde niño;
Hoy… la vida he conservado
para ti.
Muchas veces, cuando alguna
pena oculta devora
sin piedad,
Yo me acuerdo de la cuna
Que meciste en la aurora
de mi edad.
Cuando vuelvo silencioso
Inclinado bajo el peso
De mi cruz,
Tú me ves, me das un beso
Y en mi pecho tenebroso
Brota luz
Ya no quiero los honores;
Quiero solo estar en calma
Donde estás;
Solo busco tus amores;
Quiero darte toda mi alma…
Mucho más.
Todo, todo, me ha dejado;
En mi pecho la amargura
Descansó;
Mis ensueños me han burlado,
Tu amor solo, por ventura
Nunca huyó.
Tal vez, madre, delirante,
sin saber ni lo que hacía
Te ofendí.
¿Por qué, madre, en ese instante?
¿Por qué entonces, vida mía,
no morí?
Muchas penas te he causado,
Madre sana, con mi loca
Juventud:
De rodillas a tu lado
Hoy mi labio solo invoca
La virtud.
Yo he de ser el que sostenga
Cariñoso tu cansada
Ancianidad;
Yo he de ser quien siempre venga
A beber en tu mirada
Claridad.
Si me muero —ya presiento
que este mundo no muy tarde
Dejaré, —
En la lucha dame aliento,
Y a mi espíritu cobarde
Dale fe.
Nada tengo yo que darte;
Hasta el pecho me salta
De pasión:
Solo, madre, para amarte
Ya me falta, ya me falta Corazón.
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Coordinación: Mario Crescencio Burduan

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