POEMA: ROMANCE DEL SOL DE DOCE
AUTOR: PEDRO MIR
Este sol solo sube a las doce,
Para inflamar un bohio,
Ya dejó el alba de oro
Y el horizonte de vidrio
Ya va subiendo la cuesta
Por donde ha bajado el río.
Sol! Que sol para las doce!
Marola alimenta al niño
Con la frente, de sudores
Y con el seno, de lirios.
Que sol! Viajero que bota
Su monedero amarillo,
Enemigo de las sombras
Que se disfraza con trinos
Y que está hasta en la inquietud
Disimulada del nido
Mientras Marola da el canto
Viaja su sangre de vino
Del corazón a los labios
Y de los pechos al niño,
Y el sol subido en las yaguas
Hace cantar el bohío.
Marola sigue mirando
Cuando sea grande mi hijo!….
Y el sol trepado en las doce
Hace estallar el bohío
Y vienen llenas de lomas
Las carcajadas del rio….
Marola sigue mirando
Los horizontes de vidrio
Quebrados sobre la frente
Del inocente dormido
Débil hombre de juguete
Suelto a merced del ricino.
¡Las doce en punto! Que fiesta
del sol que florecido
bajo la yagua inflamada:
» cuando sea grande mi hijo»….
Y dice el viento que pasa:
cuando sea grande la sangre
Será de vidrio molido,
Ya no habrá albas de oro
Ni habrá los senos de lirios
y la frente de sudores
Será de hierro y de frío……
Pero Marola no escucha,
mira en sus brazos el niño
y le dice con un beso:
¡Cuando sea grande, mi hijo!
El viento arruga las hojas
del conuco verdecido,
el sol cortando las doce
Hace cantar el bohío
y vienen llenas de lomas
las carcajadas del río….
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Coordinación de Mario Crescencio Burduan