Premio Nacional de Periodismo
Oscar López Reyes
Los galardones gratifican, como diluvio de las prendas que adornan a los humanos; se estampan como una distinción señorial y se acoplan en lo más recóndito del alma. El Premio Nacional de Periodismo (PNP) capulla como la más predilecta honra profesional.
El PNP CDP-Ministerio de Educación no ha de otorgarse por ejercer durante décadas, ni por impactar con un proyecto novedoso, y menos por sobresalir en un año; no por poseer varias licenciaturas y maestrías; tampoco por ser director de un diario, una escuela de comunicación social o presidente de una entidad, ni basta por publicar un libro. No se trata de una medalla sectorial, sino del máximo premio periodístico nacional.
Para esquivar que el individualismo sea seleccionado a merced de apreciaciones subjetivas de los miembros del jurado, en los vericuetos de la simpatía personal, el gremio-grupales o la política, la asamblea general del CDP del 2002 aprobó el reglamento en el cual consta la metodología de escogencia. Esta consta de cinco criterios, con repercusión numérica en el tiempo. A saber:
1.- Formación académica: grados de estudios, especialidades y cursos. O sea, la preparación para el rendimiento profesional.
2.- Trayectoria profesional: innovación, calidad e impacto. Es decir, la vida laboral en la diversidad y la eficiencia.
3.- Contribución docente: universidades, seminarios y conferencias. Significa transferir sus conocimientos a futuros periodistas.
4.- Aportes bibliográficos: libros, monografías y artículos. Suministrar sabiduría a la sociedad.
5.- Acciones gremiales: fraternidad, solidaridad y sacrificio. Trabajar por la seguridad-prosperidad de los colegas.
¿Ha sido obviado o aplicado rigurosamente el reglamento referido? Si quieres saberlo, liste a los galardonados desde el 2002, asígnele un porcentaje a cada una de las cinco variables y felicite a los de más alto puntaje. ¡Honor a quien honor merece!