Razonando

Alejandro Espinal
Por Alejandro Espinal
Muchos de los inventos y descubrimientos en medicina han aparecido sin buscarlos. Tampoco sin esperarlos, simplemente han surgido en la búsqueda de resultados para dar solución a otras necesidades de la humanidad.
El fenecido cantautor argentino Facundo Cabral, en su canto «pobrecito mi patrón«, narra una aparición imprevista cuando dice “Juan Comodoro buscando agua encontró petróleo, pero se murió de sed…» agregándole un final dramático a un gran descubrimiento.
El Almirante Cristóbal Colón salió en una expedición buscando una vía que lo hiciera llegar a La India y China para abastecer a España de las especies en escasez, pero llegó a lo que posteriormente llamaría América, ya que en principio creyó haber desembarcado en La India. Así «descubrió a América» después de navegar por dos meses por el Atlético.
Alexander Fleming, médico y científico británico, descubrió la penicilina al observar de forma casual sus efectos antibióticos sobre un cultivo bacteriano, fue obtenido a partir del hongo penicillium Nota Tum.(Wikipedia).
No menos espectacular como los ejemplos anteriores podía ser la aparición de la llamada pildora de oro: La Viagra.
Los científicos de la multinacional farmacéutica Plizer ensayaban con un medicamente que combatiera la angina de pecho, un trastorno en el sistema cardiovascular. El objetivo del estudio era mejorar la circulación sanguínea de los pacientes de la indicada enfermedad.
Rápidamente los voluntarios del estudio comenzaron a sentir cambio de color, dolor de cabeza y una alteración en la erección del pene.
¡Albricias!… A través del Sildenafilo, la farmacéutica descubre su potencial para combatir la disfunción eréctil y lanza la Viagra para combatir este mal que afecta al 50 por ciento de los hombres después de los 40 años.
La falta de erección hace que muchos hombres mayores, de la tercera edad, pierden su autoestima por la falta de poder responder eficazmente en una alcoba.
Al salir la Viagra en 1998 la farmacéutica Pfizer obtuvo ganancias por mil millones de dólares.
Muchos jóvenes son usuarios de la mencionada pastilla azul, sin «ningún» motivo, pero por orgullo varonil dicen que la usan para dar una «pela» y muchos adultos mayores hacen gala de que ya van «armados» como el Viejo Oeste a un encuentro amoroso.
Algunos estudiosos del comportamiento social y sexual de las parejas consideran que este medicamento ha contribuido mayormente a mantener la unidad de los cónyuges, así como la fidelidad sin mirar para atrás los efectos secundarios que obviamente producen los fármacos.