Razonando

Alejandro Espinal
Por Alejandro Espinal
Muchas personas que escriben o comunican por la radio y la televisión sin pertenecer al partido de gobierno, no se cansan de reconocer los esfuerzos del Presidente Luis Abinader por hacer una buena gestión a favor del pueblo dominicano.
Luís Abinader luce como un colibrí o zumbador que no se asienta, siempre buscando soluciones a los problemas.
Sin embargo, en la otra esquina hay un grupo de ministros y funcionarios de segunda y tercera categoría halando para el lado contrario, desafinando, como les dicen a los músicos que no dan las notas que están plasmadas en el pentagrama, y que tampoco obedecen a las directrices del director.
El último en desafinar ha sido el Ministro de Economía Pavel Isa Contreras, quien ha criticado fuertemente la marcha patriótica del domingo pasado organizada por el Instituto Duartiano para pedirle a los organismos internacionales que ayuden a Haití, tras considerar que la solución de los problemas del vecino pais no está en República Dominicana, sino en su tierra.
Lo que nadie esperaba, Pavel Isa Contreras (el hijo de Narciso Isa Conde), se destapa en Twitter con esta lindura para criticar la patriótica marcha («Es penoso y peligroso reclamar una política migratoria robusta y efectiva desde el desprecio»).
A qué llama «desprecio» el Señor Isa Contreras, cuando lo que se está pidiendo en territorio nacional es la intervención o ayuda de las Naciones Unidas para que vayan en auxilio del maltratado pueblo haitiano, ya que sus condiciones de pobreza y sufrimientos amenazan al territorio y la integridad nacional de República Dominicana.
El flamante ministro no protesta cada vez que un buque de Estados Unidos detiene en alta mar una embarcación llena de haitianos por llegar a las Floridas.
Los presidentes Joaquín Balaguer, Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y Luis Abinader, han clamado en el escenario de Las Naciones Unidas en New York, también en otros, para que vayan en auxilio de Haití y no les dejen todo a nuestro país. Han hecho el caso del perro.
Que conste que el Presidente Luís Abinader se amarró los pantalones y en su propia cara les expresó al liderazgo mundial «Que en Haití no había una solución dominicana».
El mandatario ha iniciado un muro divisorio entre ambas naciones. Ha redoblado la seguridad en la frontera para proteger su nación, sin embargo, muchos de sus subalternos comprometidos con potencias extranjeras satanizan sus acciones y las de la sociedad civil de nuestro país.
Sin querer gobernar desde las gradas, pienso que el Señor Presidente tiene suficiente apoyo en el pueblo para mandar para su casa todos esos burócratas que no entonan ni afinan con sus postulados.
No pongamos candados después que nos roben.
Haití es gobernado por bandas de criminales y va camino al caos. El camino más para la masa pobre y atemorizada, es nuestra frontera.
Todo es tan sencillo como ver a un vecino sufriendo, pero uno no tiene recursos para cargar con sus necesidades a pesar de estar adornado de las mejores condiciones humanas de ayuda al prójimo.
El Ministro de Económica Pavel Isa Contreras como economista sabe muy bien que se reparte la riqueza no la pobreza. Nosotros también somos pobres.